martes, 15 octubre 2024

En 2024, las ayudas a la destilación favorecerán a 135 bodegas y cooperativas de La Rioja

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente de La Rioja ha dado un paso significativo en el apoyo al sector vitivinícola de la región. Con la publicación en el Boletín Oficial de La Rioja (BOR) de la resolución provisional, se ha anunciado que 135 cooperativas y bodegas podrán beneficiarse de la segunda anualidad de ayudas destinadas a la destilación voluntaria de vinos amparados por la Denominación de Origen Calificada Rioja. Esta medida, que deberá implementarse hasta el 15 de noviembre, representa un esfuerzo considerable por parte del gobierno regional para estabilizar el mercado y garantizar la rentabilidad de los productores locales.

El Ejecutivo regional ha demostrado su compromiso con el sector al destinar una suma considerable de 15,88 millones de euros para esta campaña 2024. Esta cantidad, que representa el máximo permitido por la normativa de la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV), se traduce en una ayuda de 0,86 euros por litro de vino tinto destilado. Más allá del apoyo financiero directo, esta iniciativa tiene un impacto profundo en la cadena de valor del vino riojano, asegurando la compra de 97 millones de kilos de uva a más de 7.050 viticultores a precios que garantizan la rentabilidad agraria, fortaleciendo así la base productiva de uno de los sectores más emblemáticos de La Rioja.

El alcance y los beneficiarios de las ayudas a la destilación

Las ayudas a la destilación voluntaria en La Rioja tienen un alcance significativo dentro del sector vitivinícola de la región. Con estas subvenciones, el Gobierno de La Rioja garantiza la compra de 97.390.600 kilos de uva, lo que representa cerca del 38% de la producción total de uva tinta en la región. Esta medida beneficia directamente a aproximadamente 7.052 agricultores, lo que equivale al 70% del total de viticultores riojanos, demostrando el amplio impacto de esta política en el tejido productivo local.

Un aspecto crucial de estas ayudas es el compromiso adquirido por las bodegas y cooperativas beneficiarias. Estas entidades se han comprometido a firmar contratos de compraventa de uva tinta con viticultores riojanos a precios que aseguran la rentabilidad, estableciendo un mínimo de 0,68 euros por kilo. Además, se han comprometido a adquirir un volumen superior al 70% del comprado en las últimas campañas, lo que proporciona una estabilidad significativa al mercado. La transparencia y el control de este proceso se garantizan mediante la obligación de presentar estos contratos ante la Consejería junto con la solicitud de pago de la ayuda.

El proceso de solicitud y adjudicación de estas ayudas ha sido riguroso y transparente. Inicialmente, 141 bodegas y cooperativas solicitaron participar en el programa, incluyendo 21 cooperativas, 6 SAT y 114 bodegas. La gran mayoría de estas, 136 para ser exactos, están ubicadas en La Rioja, mientras que 5 cuentan con domicilio fiscal fuera de la región pero cumplen con el requisito de comprar uvas a viticultores riojanos. Tras un proceso de evaluación, y considerando algunas renuncias y descalificaciones, finalmente 135 bodegas recibirán la ayuda de forma provisional.

Objetivos y mecanismos de la destilación voluntaria

El programa de ayudas a la destilación voluntaria en La Rioja persigue objetivos estratégicos para el sector vitivinícola de la región. Primordialmente, busca corregir el desequilibrio en el sistema oferta-demanda para las uvas y vinos acogidos a la Denominación de Origen Calificada Rioja. Este ajuste es fundamental para mantener la calidad y el prestigio de los vinos riojanos en el mercado nacional e internacional, evitando la sobreproducción que podría llevar a una caída de precios y, consecuentemente, de la rentabilidad para los productores.

Otro objetivo crucial de estas ayudas es incentivar y asegurar a los viticultores riojanos la venta de sus uvas a precios que garanticen su rentabilidad. Esta medida es particularmente importante en un contexto de fluctuaciones de mercado y cambios en los patrones de consumo global. Al establecer un precio mínimo de compra, se proporciona una red de seguridad para los agricultores, permitiéndoles planificar sus inversiones y mantener la viabilidad de sus explotaciones a largo plazo.

El mecanismo de destilación voluntaria no solo beneficia a los productores, sino que también contribuye a la estabilidad del sector en su conjunto. Al retirar del mercado un volumen significativo de vino, se previene la saturación y se mantiene un equilibrio entre oferta y demanda. Además, el alcohol obtenido de este proceso se destina exclusivamente a usos industriales, incluyendo la fabricación de desinfectantes y productos farmacéuticos, o para fines energéticos. Esta restricción es fundamental para evitar distorsiones en la libre competencia del mercado vinícola.

Impacto y perspectivas futuras del programa de destilación

El impacto del programa de destilación voluntaria en La Rioja se extiende más allá de los beneficios económicos inmediatos para los productores. Esta iniciativa contribuye significativamente a la estabilidad del sector vitivinícola en su conjunto, proporcionando una herramienta valiosa para la gestión de excedentes y la regulación del mercado. Al mantener un equilibrio entre la oferta y la demanda, se protege la reputación y el valor de los vinos de Rioja en el mercado global.

Desde una perspectiva social y económica, el programa juega un papel crucial en la preservación del tejido rural de La Rioja. Al garantizar la rentabilidad de las explotaciones vitícolas, se contribuye a mantener la población en áreas rurales y se preserva un modo de vida tradicional que es parte integral de la identidad cultural de la región. Además, el programa fomenta la innovación en el sector, ya que los productores pueden invertir con mayor confianza en mejoras tecnológicas y prácticas sostenibles.

Mirando hacia el futuro, el éxito de este programa podría servir como modelo para otras regiones vitivinícolas que enfrentan desafíos similares. La flexibilidad y la eficacia demostradas en la implementación de estas ayudas sugieren que podrían adaptarse y replicarse en otros contextos. Además, el enfoque en la destilación para usos industriales y energéticos abre nuevas vías para la diversificación del sector y la sostenibilidad ambiental, alineándose con los objetivos de economía circular y reducción de la huella de carbono.

En conclusión, el programa de ayudas a la destilación voluntaria en La Rioja representa una intervención estratégica y bien diseñada para abordar los desafíos del sector vitivinícola. Su implementación no solo beneficia a los productores individuales, sino que también fortalece la posición de los vinos de Rioja en el mercado global y contribuye al desarrollo sostenible de la región. A medida que el programa evolucione y se adapte a las cambiantes condiciones del mercado, será crucial mantener un diálogo abierto entre todos los actores del sector para asegurar su continuo éxito y relevancia.


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