miércoles, 4 diciembre 2024

El nuevo macroplan nuclear europeo que deja en evidencia el ‘cerrojazo’ español

España está cada vez más sola en su estrategia de extinción de la energía nuclear. El último país en apostar decididamente por las centrales de uranio para garantizar el suministro eléctrico ha sido Suecia, que ya está estudiando cómo financiar la gigantesca inversión que quiere destinar a su parque atómico.

La nación escandinava pondera pedir prestados hasta 300.000 millones de coronas suecas (26.000 millones de euros) para costear el desarrollo de toda una nueva flota de reactores con los que hacer frente a sus crecientes necesidades energéticas. Y es que la electrificación de la economía y el progresivo abandono de los combustibles fósiles duplicarán la demanda eléctrica en los próximos años.

PRÉSTAMOS PÚBLICOS Y CFD, LAS PATAS DE LA MESA SUECA

Este lunes se presentaron en Estocolmo los resultados de un estudio gubernamental dirigido a encontrar una receta de financiación viable para este fin. El informe contempla una fórmula que, inspirada en el modelo checo, se estructura en torno a préstamos públicos para la obtención de liquidez y contratos por diferencia (CfD, por sus siglas en inglés) que permitan garantizar los ingresos.

LA ‘HOJA DE RUTA’ SUECA CONTEMPLA LA INSTALACIÓN DE 6.000 MEGAVATIOS DE NUEVA POTENCIA NUCLEAR, PARA CUYA FINANCIACIÓN SE HABILITARÍA UN SISTEMA DE PRÉSTAMOS PÚBLICOS DE HASTA 26.000 MILLONES DE EUROS

El plan presentado se centra en la financiación de un programa de hasta 6.000 megavatios (MW), repartidos entre cuatro reactores a gran escala. Para dar tranquilidad a los inversores, se recurrirá a la fórmula de los CfD, en virtud de la cual los promotores y el gobierno acuerdan un precio fijo por la electricidad durante un cierto periodo de tiempo, lo que proporciona seguridad sobre los ingresos futuros.

La ‘hoja de ruta’ propuesta se completa con préstamos públicos, que proporcionarían la liquidez necesaria para la construcción de las centrales nucleares. Éstos llegarían a representar hasta el 75% de la inversión total, lo que obligaría al Estado sueco a aumentar su endeudamiento en 26.000 millones de euros.

ESPAÑA NADA A CONTRACORRIENTE CON EL ‘CERROJAZO’ NUCLEAR

En 2023, funcionaban en España siete reactores nucleares: Almaraz I y Almaraz II, Ascó I y Ascó II, Cofrentes, Trillo y Vandellós II, que en conjunto aportaron al sistema 54.275,01 gigavatios hora (GW/h), el 20,34% del total de la producción eléctrica neta. El Gobierno ya ha firmado el certificado de defunción de dos de ellos con el lanzamiento del concurso público para borrar del mapa la planta de Almaraz.

La obcecación del Ejecutivo español y sus socios por eliminar la generación nuclear del mix energético del país no solo se ha encontrado con una firme oposición interna, sino que también ha despertado las críticas de numerosas voces autorizadas en el exterior, que cuestionan la decisión de renunciar a una fuente de energía abundante y sin emisiones, que además goza de una renovada confianza en el escenario internacional.

Fatih Birol director general de la Agencia Internacional de la Energía
Fatih Birol, director general de la Agencia Internacional de la Energía (AIE)

El pasado febrero, el director general de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, envió un ‘recadito’ al Ejecutivo patrio: «Yo me lo pensaría dos veces antes de renunciar a la tecnología nuclear, que funciona de forma impecable».

Birol afirmó que los desequilibrios provocados por la guerra entre Rusia y Ucrania «ha hecho comprender a muchos países la importancia de la energía nuclear, junto con las renovables, para la generación de electricidad propia». Citó el caso particular de Bélgica, que tenía un plan de cierre similar al español y se ha echado atrás.

«Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, muchos países han comprendido la importancia de la energía nuclear, junto con las renovables, para la generación de electricidad propia»

Fatih Birol, director general de la Agencia Internacional de la Energía (AIE)

Asimismo, el economista turco agregó que esta tendencia se puede observar en Francia, Asia, América del Norte y Oriente Medio. En el caso de Francia, sus palabras se ven respaldadas tras la reforma del mercado eléctrico europeo acordada el pasado 17 de octubre, en la que los galos vieron satisfecha su pretensión de extender los contratos por diferencia (CDF) a la energía nuclear.

Este refuerzo a la nuclear francesa constata los buenos ojos con los que la Unión Europea (UE) mira a esta fuente de generación. De hecho, la presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, abrió la puerta a la posibilidad de conceder subvenciones a las empresas del sector, «siempre que se den las condiciones adecuadas».

Según los datos de la Organización Internacional de la Energía Atómica (IAEA), Francia es el gran referente de la energía nuclear en Europa, con 56 reactores en operación y uno más en construcción. A nivel mundial solo la supera Estados Unidos, líder destacado con 94 en funcionamiento; mientras que China, que ya ha escalado al tercer puesto del ranking con 56 reactores operativos, no tardará en pisar los talones a los estadounidenses gracias a las 27 unidades adicionales que está desarrollando.


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