En relación con la tosferina, en el corazón de la provincia de León, en la pintoresca localidad de Cubillas de los Oteros, se encuentra una tradición peculiar que ha despertado tanto curiosidad como controversia: el uso del humo del tren como remedio popular contra esta enfermedad. Esta práctica, que puede parecer extraña a las generaciones más jóvenes, era común entre los habitantes del lugar, quienes, en su infancia, acudían a las vías del tren con la esperanza de prevenir esta infección respiratoria.
8Un legado cultural
La historia de los niños de Cubillas de los Oteros y su peculiar remedio contra la tosferina es un testimonio de la lucha humana por la salud y el bienestar, un recordatorio de que, en la búsqueda de soluciones, a menudo recurrimos a lo que tenemos a mano: en este caso, el vapor de una locomotora y la fuerza de la comunidad.
Vecinas de la localidad recuerdan vívidamente cómo las madres, en un acto de desesperación y esperanza, llevaban a sus bebés al andén de la estación cada vez que el tren llegaba. La creencia popular sostenía que el humo que emanaba de la locomotora podía ayudar a curar la tosferina y otras afecciones respiratorias. «Les asomaban al andén para que les diera el humo», comenta una de las vecinas, capturando la esencia de una costumbre que, aunque extraña para los estándares actuales, era vista como una solución viable en aquellos tiempos.