Repsol ha trasladado su idilio con los carburantes ‘verdes’ a la otra orilla del Atlántico. La petrolera española ha anunciado un acuerdo de colaboración con la empresa multidisciplinar Honeywell para crear nuevas vías de producción de biocombustibles y materiales circulares. La alianza con la firma estadounidense incluye la posible integración de las tecnologías y procesos resultantes en las instalaciones actuales de Repsol.
Ambas empresas prevén escalar y comercializar las tecnologías de Honeywell, que aprovechan diversos residuos -grasas, aceites, biomasa y otros desechos sólidos- para la producción de productos químicos y combustibles renovables en los centros industriales de Repsol. Su objetivo es producir diferentes biocombustibles, incluido el combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) y el diésel renovable, aprovechando los activos existentes. Esta colaboración se enmarca en la estrategia de Honeywell alineada con la megatendencia de la transición energética.
«Como líderes mundiales en tecnologías de combustibles sostenibles, buscamos colaboraciones para ofrecer soluciones innovadoras que ayuden a nuestros clientes y grupos de interés a reducir las emisiones de carbono y gases de efecto invernadero mediante la producción de biocombustibles», ha declarado Bryan Glover, Chief Growth Officer y CTO de Honeywell Energy and Sustainability Solutions. «Nuestra colaboración con Repsol ejemplifica cómo Honeywell puede aplicar nuevas tecnologías para reducir las emisiones de carbono a la vez que produce biocombustibles y materiales avanzados aprovechando la infraestructura actual de las refinerías».
REPSOL ESTÁ INTERESADA EN EL DESPLIEGUE DE UPCYCLE PROCESS, TECNOLOGÍA DE HONEYWELL que convierte los residuos plásticos en materia prima para fabricar nuevos plásticos reciclados
Honeywell es una multinacional estadounidense con actividad en diversos sectores como la ingeniería, la energía, el consumo, la automatización y la industria aeronáutica. La compañía ha desarrollado la tecnología UpCycle Process, que convierte los residuos plásticos en materia prima para fabricar nuevos plásticos reciclados.
Repsol también ha mostrado interés en el despliegue de esta solución, que permite reciclar diversos plásticos, como envases de colores, flexibles, multicapa y poliestireno. Cuando se utiliza combinado con otros procesos de reciclaje químicos y mecánicos, junto con mejoras en la recogida y clasificación, la tecnología UpCycle Process de Honeywell tiene el potencial de ayudar a alcanzar la capacidad de reciclaje cercana al 90% de los residuos plásticos. Esto representaría un aumento considerable en la cantidad de residuos plásticos que pueden convertirse en materia prima para nuevos polímeros.
«Los combustibles renovables y el reciclaje de plásticos son cruciales para el compromiso de Repsol de alcanzar las emisiones netas cero en 2050», ha declarado Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables en Repsol. «Nuestra colaboración con Honeywell para progresar y adoptar tecnologías de vanguardia nos ayudará a reducir nuestra huella de carbono y a convertirnos en un referente en combustibles renovables y en la producción de hidrógeno para 2030».
REPSOL Y HONEYWELL, VIEJOS CONOCIDOS
Las dos compañías tienen un historial de cooperación exitosa en diversas áreas, como la concesión de licencias y el desarrollo de unidades petroquímicas, catalizadores, soporte técnico y resolución de problemas, digitalización y tecnología.
En 2023, Repsol seleccionó la tecnología Ecofining de Honeywell para fabricar combustibles renovables a partir de residuos, como el aceite de cocina usado y las grasas animales, en su planta de Puertollano (Ciudad Real). Esta tecnología ha sido desarrollada y comercializada conjuntamente por Honeywell y ENI S.p.A.
Repsol confía en que las instalaciones de Puertollano, cuya entrada en servicio está prevista para 2025, sean capaces de producir 240.000 toneladas de combustibles renovables al año, «la cantidad necesaria para dar 136.000 vueltas en coche alrededor del mundo», proclamó la firma. Este nivel de producción conllevará una reducción de 750.000 toneladas anuales de emisiones de CO2 en el sector de la movilidad.
