La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha hecho un llamado a la cautela con ciertos tipos de pescado que, por diversas razones, no son recomendables para incluir en nuestra dieta habitual. Entre ellos, destacan el panga, el bagre vietnamita, la tilapia y la perca, cuatro especies que prometen ser sanas, pero que esconden aspectos poco beneficiosos.
A continuación, conocerás las razones por las cuales la OCU desaconseja estos tipos de pescado y ofreceremos alternativas más saludables. La información sobre la calidad y sostenibilidad de los productos que consumimos es fundamental para tomar decisiones informadas y mantener una dieta equilibrada. Acompáñanos en este recorrido por el mundo del pescado, y descubre por qué deberías considerar eliminarlos de tu mesa.
PANGA Y BAGRE VIETNAMITA: LA OCU ADVIERTE QUE SON UN RIESGO PARA LA SALUD
El panga y el bagre vietnamita son dos especies que han ganado popularidad debido a su bajo costo y a su amplia disponibilidad en los supermercados. Sin embargo, la OCU ha alertado sobre los peligros asociados a su consumo. Estos pescados son criados en condiciones poco adecuadas, especialmente en ciertos países del sudeste asiático, donde las regulaciones en cuanto a mantenimiento de la calidad del agua y seguridad alimentaria son laxas.
Esto puede dar lugar a la acumulación de contaminantes y patógenos en el pescado, lo que representa un riesgo para la salud de quienes los consumen. Además, estos peces suelen alimentarse de una dieta poco natural, basada en subproductos y harinas de pescado de mala calidad. Por lo tanto, aunque su precio sea atractivo, el panga y el bagre vietnamita pueden no ser la mejor opción para quienes buscan una alimentación saludable y segura.
TILAPIA Y PERCA: LA OPCIÓN MENOS SOSTENIBLE
Otro par de especies de pescado que aparecen en las advertencias de la OCU son la tilapia y la perca. Si bien estos pescados pueden parecer una opción saludable a simple vista, también han sido objeto de críticas. La tilapia, por ejemplo, es frecuentemente criada en condiciones de hacinamiento y sin un control adecuado de las condiciones ambientales.
Esto repercute no solo en la calidad del producto, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de su producción. Por otro lado, la perca también enfrenta problemas similares en términos de crianza, y es importar entender que su cultivo suele tener un impacto negativo en los ecosistemas locales.
Optar por pescados de fuentes sostenibles y con una crianza responsable es fundamental para garantizar un aporte nutricional adecuado y proteger nuestros ecosistemas. Entre las recomendaciones, destacan especies como el salmón salvaje, el atún o la sardina, que no solo son más nutritivos, sino que también tienen un menor impacto ambiental.