miércoles, 18 septiembre 2024

El euro alcanza máximos de siete meses, subiendo un 0,3 por ciento a casi 1,103 dólares, a la espera del IPC de EE. UU.

La moneda única europea está experimentando un repunte significativo en los mercados de divisas, alcanzando niveles no vistos desde el inicio del año. Este martes, el euro se ha apreciado un 0,3% frente al dólar estadounidense, cotizando a casi 1,103 dólares por euro. Este movimiento se produce en un contexto de gran expectación por la publicación de los datos de inflación de Estados Unidos correspondientes al mes de julio, un indicador clave que podría influir en las futuras decisiones de política monetaria de la Reserva Federal (Fed).

El fortalecimiento del euro no es un fenómeno aislado, sino que forma parte de una tendencia que se ha venido observando a lo largo del mes de agosto. Desde el inicio del mes, la moneda europea ha acumulado una revalorización del 1,8%, lo que la ha llevado a cotizar en niveles muy cercanos a los que marcó al cierre del año 2023, cuando el tipo de cambio se situaba en 1,104 dólares por euro. Este comportamiento refleja la creciente confianza de los inversores en la economía de la zona euro y las expectativas sobre la política monetaria a ambos lados del Atlántico.

Expectativas sobre la inflación estadounidense y su impacto en la política monetaria

La atención de los mercados está centrada en la publicación del Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos correspondiente al mes de julio. Los expertos de Banca March anticipan que la tasa general de inflación podría mantenerse en el 3%, mientras que la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles, podría moderarse hasta el 3,2%. Estas proyecciones, de cumplirse, reforzarían la tendencia de suavización de la inflación que se ha venido observando en los últimos meses.

Un dato de inflación en línea con estas expectativas podría incrementar significativamente la probabilidad de que la Reserva Federal inicie un ciclo de recortes de tipos de interés en su próxima reunión. Esta perspectiva se ve respaldada por los datos recientemente publicados sobre los costes de producción industrial, que avanzaron menos de lo esperado en julio, situándose en el 2,2%. Es importante destacar que varios componentes del índice de precios de producción también se utilizan para construir el deflactor del consumo personal, el indicador de inflación preferido por la Fed.

Sin embargo, no todos los analistas comparten esta visión optimista sobre un inminente recorte de tipos. El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, se mostró recientemente partidario de una postura más cauta, sugiriendo esperar a disponer de más datos económicos antes de iniciar cualquier reducción de tipos, posiblemente retrasando esta acción hasta finales de año. Esta divergencia de opiniones refleja la complejidad del panorama económico actual y la dificultad de predecir con certeza las futuras acciones de política monetaria.

Evolución del euro y perspectivas para el resto del año

La trayectoria del euro frente al dólar durante el 2023 ha sido marcada por distintas fases. En los primeros meses del año, hasta abril, la moneda europea experimentó una tendencia bajista que la llevó a tocar un mínimo anual en torno a los 1,06 dólares. Sin embargo, desde entonces, ha logrado una notable recuperación, remontando hasta prácticamente igualar los niveles de cierre del año anterior.

Este repunte del euro se produce en un contexto en el que el Banco Central Europeo (BCE) ya ha iniciado un ciclo de relajación monetaria. En junio, la institución europea recortó los tipos de interés en un cuarto de punto, situándolos en el 4%. Esta decisión, junto con las expectativas sobre la futura política monetaria de la Fed, ha contribuido a fortalecer la posición del euro en los mercados internacionales.

La evolución futura del tipo de cambio euro-dólar dependerá en gran medida de varios factores, incluyendo los datos económicos que se publiquen a ambos lados del Atlántico, las decisiones de política monetaria de la Fed y el BCE, y el sentimiento general de los mercados hacia el riesgo. La divergencia en las políticas monetarias entre Europa y Estados Unidos podría seguir siendo un factor determinante en la cotización de ambas divisas.

En conclusión, el euro se encuentra en un momento de fortaleza frente al dólar, alcanzando máximos anuales en un contexto de expectativas cambiantes sobre la inflación y la política monetaria. Los inversores y analistas estarán atentos a los próximos datos económicos y a las señales que puedan emitir los bancos centrales para anticipar los movimientos futuros en el mercado de divisas. La volatilidad podría mantenerse elevada en las próximas semanas, a medida que los mercados digieren nueva información y ajustan sus expectativas sobre el rumbo de la economía global y las políticas monetarias.


- Publicidad -