La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha anunciado el fin de la cuarta ola de calor del verano, un respiro muy esperado tras semanas de temperaturas extremadamente altas. Esta ola de calor, que afectó principalmente a la Península Ibérica, trajo consigo temperaturas que superaron los 40 grados Celsius en varias regiones, poniendo a prueba la resistencia de la población y los sistemas de salud. Con la disminución de las temperaturas, se espera que mejore la calidad de vida y se reduzcan los riesgos asociados a la exposición prolongada al calor extremo, tales como la deshidratación y golpes de calor. Y eso sí, ahora desde la Agencia avisan que tras la ola de calor, llega una DANA.