El Grupo Godó busca volver a la rentabilidad tras diversificar sus negocios

El Grupo Godó vuelve a ser bien recibido, al alimón, en Zarzuela, Moncloa, el Palau de la Generalitat y la Plaza de Sant Jaume (sede del Ayuntamiento de Barcelona). Javier de Godó ha logrado normalizar relaciones con las principales instituciones estatales y catalanas tras una tensa década marcada por las heridas que conllevó el Procés.

El veterano editor ha resucitado la vieja virtud familiar para contar con apoyos en todos los caladeros ideológicos y en las páginas de La Vanguardia, bajo el timón del impetuoso Jordi Juan, se combina con facilidad las simpatías hacia Pedro Sánchez o Felipe VI, protagonista y antagonista del momento político que vivimos.

De Godó comenzó moverse en mayo de 2018 al hacerse crear un consejo asesor de la presidencia en Madrid con su hijo Carlos, Enric Juliana, Màrius Carol, Santiago Torres (presidente de la Fundación Alianza por la Solidaridad y cercano al PSOE), Carles Casajuana (diplomático considerado como cercano al socialismo) y los desaparecidos Jaime Carvajal Hoyos (CEO de Arcano) y Josep Piqué, (exministro de Aznar y amante de los consejos de administración).

La estrategia de reconciliación comenzó a evidenciar que daba sus frutos gracias a la presencia en la entrega de los Premios La Vanguardia del jefe del Estado, que en el Museu Nacional d’Art de Catalunya aseguró ante 600 invitados que el diario catalán había logrado «mantener los principios fundacionales de rigor, inde­pendencia y pluralidad».

El dircom de Casa Real, Jordi Gutiérrez, siempre favorecedor al clan catalán que sigue Zarzuela, bendijo presencia y discurso de su jefe, encantado al ver que el diario con más solera de Cataluña vuelve a sus fueros de compadreo con el establishment.

Política aparte, el Grupo Godó ha apostado por diversificarse tras desinvertir en el sector mediático y apostar por nuevas vías de negocio. La compañía intenta volver a los beneficios que logró en 2021 (2,4 millones de euros gracias a la venta de sus señales autonómicas de TDT) tras sufrir pérdidas por valor de 5,1 millones en 2022.

DIVERSIFICACIÓN

El consejero delegado del Grupo Godó y hereu, Carlos Godó, explicó hace unos meses que el multimedia lleva más de 4 años trabajando en una estrategia de diversificación, «desinvirtiendo en activos en los que no teníamos mayoría o que no eran estratégicos, y adquiriendo activos en el ámbito de los contenidos y experiencias que aporten gran valor añadido a las marcas».

La compañía vendió en 2019 sus acciones en la productora televisiva Nova Veranda (proveedora de TV3), en 2020 se desprendía de su compañía de clasificados Yaencontré; en 2021 vendió a Prisa el 20% de Prisa Radio (Cadena SER, Los 40 Principales o Cadena Dial) por 45 millones de euros; y ese mismo año se deshacía por 10 millones de euros de Emissions Digitals de Catalunya, que cuenta con un multiplex con cuatro diales autonómicos entre los que se encontraba 8TV.

Godó
Felipe VI charla con Jordi Pujol ante Javier de Godó en septiembre de 2023.

A cambio, Godó se ha hecho en 2022 con la agencia publicitaria Digital Group, ha entrado en el accionariado de la incubadora Nuclio (Housfy), cuyas creaciones empresariales reciben generosa promoción en las páginas de La Vanguardia, y el pasado año adquirió una participación mayoritaria en Experientia Sports& Entertainment Group, «una de las compañías líderes en España en la creación y producción de experiencias propias y de terceros», según aseguran en la empresa catalana.

EL GRUPO SE QUEDÓ SIN TELEVISIÓN

Las señales que poseía Godó en el multiplex Emissions Digitals de Catalunya pasaron en 2021 a manos de OC 2022, controlada por el polémico empresario italiano Nicola Pedrazzoli (fundador del extinto Canal Catalá y exaccionista de Trece).

Godó, que gracias a esta operación rozó los 3 millones de euros de beneficios en 2021, explicaba entonces que «el contexto del mercado de las telecomunicaciones y el sector televisivo han sufrido todo tipo de cambios y modificaciones que hacen que poco o nada tengan a ver con la situación actual».

La editora aseguraba que en televisión había «llegado casi a un punto neutro en cuanto a los resultados. Esta circunstancia ha llevado al Grupo Godó a considerar que ha llegado el momento de ceder el testigo a un nuevo operador que podrá aprovechar el trabajo realizado hasta el momento en beneficio de la televisión en Cataluña y su audiencia, con una producción diferente, más basada en la proximidad».

Pedrazzoli intentó reflotar a 8TV, pero en octubre del pasado año dejó de emitir tras 22 años por sus problemas económicos.