Cuáles son los 3 tipos de inteligencia fundamentales que los directivos deben potenciar para gestionar con éxito la IA

La Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido en nuestras vidas de manera abrupta, transformando la forma en que interactuamos con la tecnología y cómo resolvemos problemas cotidianos. Lejos de ser una amenaza, esta innovación representa una oportunidad de crecimiento y desarrollo, especialmente para el ámbito empresarial. Sin embargo, muchas compañías aún no han logrado capitalizar todo su potencial, en gran medida porque los líderes y equipos de trabajo no han sabido adaptar sus habilidades a este nuevo entorno dominado por la IA.

A pesar de que algunos colaboradores han comenzado a confiar en la IA para agilizar sus tareas, la realidad es que la mayoría de las empresas no han podido generar un valor sustancial ni transformar sus modelos de negocio a partir de la incorporación de esta tecnología. Esto se debe a que los directivos aún no han comprendido cómo gestionar la inteligencia humana en la era de la Inteligencia Artificial.

La IA como Complemento de la Inteligencia Humana

La Inteligencia Artificial no es más inteligente que los seres humanos en su forma de procesar la información. Su principal función es sintetizar datos, generar resúmenes y brindar recomendaciones. Sin embargo, las personas aún deben saber qué preguntar y cómo aprovechar las respuestas que proporciona la IA. Esta herramienta acorta los tiempos y simplifica tareas, pero requiere de un criterio de lectura, capacidad de indagación y habilidad para elegir la respuesta más adecuada, aplicando un juicio personal.

Desarrollar Nuevas Inteligencias para Adaptarse a la Era de la IA

En este contexto, CoEducation considera que los equipos deben desarrollar tres tipos de inteligencia para adaptarse a los tiempos que corren:

  1. Inteligencia Cognitiva: Relacionada con el análisis de datos y el conocimiento aplicado para comprenderlos. Si bien la IA puede realizar estas acciones, las personas deben mejorar sus habilidades de interpretación, pensamiento crítico y toma de decisiones.
  2. Inteligencia Emocional: A medida que la IA avanza, la capacidad de comprender y manejar las emociones propias y ajenas se vuelve indispensable para potenciar el trabajo colaborativo.
  3. Inteligencia Espiritual: En entornos dominados por la IA, la incertidumbre puede aparecer. Por eso, desarrollar la adaptabilidad a distintos entornos y la resiliencia son habilidades necesarias para mantener el control de las respuestas internas.

El Papel de los Líderes en la Era de la IA

En este escenario, el rol de los líderes y directores de equipos es fundamental. Tienen la oportunidad de guiar a sus colaboradores para que desarrollen y equilibren estos tipos de inteligencia, y puedan así sacar el máximo provecho de la Inteligencia Artificial.

Lejos de representar una amenaza, la IA es una gran generadora de «headspace», es decir, espacio mental, al simplificar y acelerar tareas repetitivas. Esto brinda a las personas la oportunidad de dedicar su tiempo a la creación de nuevos trabajos, la exploración de nuevos mercados y el diseño de formas innovadoras de hacer las cosas.

En conclusión, la Inteligencia Artificial no implica el fin de la subjetividad humana, sino que ofrece una valiosa oportunidad de desarrollo y crecimiento, tanto a nivel individual como organizacional. Los líderes y equipos que logren adaptarse a este nuevo entorno, desarrollando nuevas inteligencias, serán los que más se beneficien de esta transformación tecnológica.