viernes, 22 noviembre 2024

Telefónica, Masorange y Vodafone cuadran el círculo de la fibra óptica para frenar a Digi

Telefónica, Masorange y Vodafone se han sentado a hablar en una mesa para tratar de rentabilizar sus inversiones en la cara fibra óptica, unirse para no perder clientes y frenar, con sus acuerdos bilaterales a tres bandas, la expansión de Digi. Su triangulo de futuras NetCo (acuerdo de Masorange y Vodafone, de Telefónica con Vodafone y el que pronto se anunciará de Telefónica y Masorange) serán difícilmente rechazables por las autoridades de competencia porque no varían la estructura de cableado y ofrecen variedad de opciones a los clientes finales. Las tres grandes operadoras se han sentado en la mesa triangular para cuadrar el círculo del nuevo oro en forma de cable que recorre España; la fibra óptica.

Cuando en octubre del año pasado se conoció que el fondo británico Zegona compraría Vodafone España, las otras dos grandes operadoras (la que estaba pendiente te aprobación para formarse, Masorange, y Telefónica) vieron en la debilidad de la red red híbrida de fibra y cable coaxial (HFC) de más de 7 millones de hogares de Vodafone cuyos clientes podrían repartirse.

Acordar triangularmente de manera bilateral entre las tres operadoras les va a ayudar a paliar la deuda que todas acarrean, a activar ingresos, a compartir redes que se solapaban y llenaban de dos, tres y hasta cuatro cables las fachadas de las ciudades españolas, y a poner freno a la expansión de Digi, que estaba rompiendo el mercado de la banda ancha con sus ofertan imbatibles.

Masorange, y Telefónica vieron en la debilidad de la red red híbrida de fibra y cable coaxial (HFC) de más de 6 millones de hogares de Vodafone cuyos clientes podrían repartirse

Así lo ven los analistas especializados en el mercado de las telecomunicaciones consultados por MERCA2, que entienden que este triángulo de acuerdos a dos bandas se lleva gestando desde el otoño pasado, y que se materializará a principios del próximo año, y que con seguridad superará las fiscalización de las autoridades regulatorias, porque la estructura (el cableado) no cambia sustancialmente, pero los usuarios finales (hogares y negocios) van a poder elegir entre las ofertas de todas las operadoras.

ACUERDOS DE VODAFONE, MASORANGE Y TELEFÓNICA

Con los acuerdos anunciados (Vodafone con Masorange y Vodafone con Telefónica) y el que las fuentes del mercado consultadas confirman que se va a anunciar (Masorange y Telefónica), lo que las dos operadoras más grandes por número de clientes consiguen es tranquilizar el mercado de la fibra para concentrarse en crecer, al conseguir que fluya el dinero entre los tres, y que entre dinero nuevo de inversores externos (en el caso de los dos acuerdos con Vodafone).

Ya suponía suficiente freno a Digi el acuerdo firmado con Telefónica por 16 años para tener acceso a la red móvil de la centenaria teleco española, que se asegura así un largo y productivo matrimonio por el que la operadora rumana no invertirá en red móvil propia.

Ahora, podrán frenar comercialmente a la imparable expansión de la fibra de Digi, al contar unas con la fibra de las otras. El acuerdo entre Orange y Vodafone aglutina una huella de fibra muy urbana; la operación entre Telefónica y Vodafone ya recoge una huella más dispersa y concentrada en ciudades como capitales de provincia y poblaciones importante que no son capitales.

Las tres grandes operadoras, Telefónica, Masorange y Vodafone podrán frenar comercialmente a la imparable expansión de la fibra de Digi, al contar unas con la fibra de las otras

Por su parte, la futura cooperación entre Masorange y Telefónica tendría una cobertura algo más rural, pero no la superrural (huella atendida principalmente por operadoras como Adamo, con la que casi todas las operadoras tienen acuerdos, o Avatel), que se queda fuera de estos tres acuerdos anunciados o conocidos, «que son una clara tendencia a la consolidación del mercado, en la que no entra Digi, porque no va a cambiar sus planes de expansión se encuentre con los acuerdos que se encuentre en la competencia», explican los expertos consultados.

«Este plan llevaba mucho meses fraguándose», nos indica Joaquín Guerrero, analista de la consultora Nae, «al menos desde el anuncio de la venta de Vodafone España, han trabajado estas opciones cada uno por su lado«. También tanto él como otros analistas consultados nos confirman que Vodafone necesitaba de estos acuerdos para sobrevivir y librarse de su obsoleta red HFC, que le suponía un auténtico lastre, y poder revender servicios de infraestructura de banda ancha instalada por otros, que se beneficiarán a su vez del crecimiento de la operadora de origen británico.

Telefónica, Masorange y Vodafone cuadran el círculo de la fibra óptica contra Digi
Los acuerdos con telefónica y Masorange ayudarán a Vodafone a librarse de la obsoleta red de banda ancha HFC.

REGULACIÓN E INVERSIÓN EXTRANJERA

Los analistas también ponen el foco en la importancia de que el dinero de fuera del sector, es decir de fondos de inversión, entre en las fiberco que se van a crear, tal y como se ha anunciado en los preacuerdos anunciados por Telefónica y Masorange con Vodafone. Es en este aspecto en el que se pueden dar posibles trabas a nivel regulatorio, desde Nae señalan que la creación de las super NetCos, «si dan entrada a socios capitalistas, están sujetas a la aprobación directa del Gobierno porque se trataría de una entrada de capital extranjero en una industria estratégica nacional.

Sin embargo los expertos no prevén que surjan problemas, «aunque sí que las compañía vana tener que hilar muy fino, para que los reguladores entiendan la importancia de estos acuerdos y que no suponen riesgos en cuanto a competencia en el mercado, si no al contrario».

Guerrero expresa que la no aprobación de estas fiberco por parte de la Comisión nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del regulador de la UE «sería ahora una sorpresa. Les va a ser difícil construir un argumento en contra de estos acuerdos que favorecen a todos. Las creación de estas fiberco o netco no cambia el Status Quo del mercado español y no reduce el número de cables que ya están tendidos, salvo el obsoleto HFC». Además, aclara que allí donde se están produciendo solapamientos de redes de fibra, «van a continuar estando los cable instalados para que los usuarios puedan elegir qué compañía y con qué red».

estas netco, si dan entrada a socios capitalistas, están sujetas a la aprobación directa del Gobierno porque se trataría de una entrada de capital extranjero en una industria estratégica nacional

La decisión en primera instancia la tiene que tomar el Ministerio de Economía, cuyo titular es Carlos Cuerpo, «pero se comprende que pidan consejo sobre la conveniencia de estas entradas de capital al Ministerio de Transformación Digital, es decir, a José Luis Escrivá», y explica que la decisión será favorable salvo que apareciera interesado «un fondo ruso» por poner un ejemplo de inversión poco conveniente desde el punto de vista geopolítico.

Los fondos que los expertos apuntan como posibles interesados en estas empresas de fibra que aglutinan la parte más atractiva del negocio de la banda ancha en España, es decir, las redes de grandes y medianos centros urbanos.

La netco que van a formar Masorange y Vodafone se pretende que ninguna de las partes tenga el control total de la compañía, por lo que al ser tan abierta se estaría buscando la entrada de grandes fondos, como KKR o DigitalBridge, ya especializados en invertir en telecomunicaciones. El otro perfil, el de la netco que formarán Vodafone y Telefónica buscarán por su parte la entrada de fondos «más institucionales, como Crédit Agricole Assurances, Vauban Infrastructure Partners (actualmente socios de la operadora neutra rural Bluevía junto con Telefónica) y otros grandes fondos de pensiones.

En el caso de la fiberco que formarán Masorange y Telefónica no será igual, porque en vez de buscar un tercer socio lo que harán, según los analistas, «es estrechar más la relación que ya tenían, basado en la firmas de acuerdos de uso de las infraestructuras a largo plazo, es decir de IRUs (Indefeasible rights of use)».


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