La tensiones geopolíticas y los actuales vaivenes económicos, con la inflación como principal elemento retroactivo, marcan la voluntad y la confianza de los consumidores en este año. Esta es una de las principales conclusiones del estudio ‘Confianza y sentimiento del consumidor’ que ha sido publicado por la consultora global Mckinsey & Company y en el que se muestra que el 55% de los consumidores europeos todavía apuesta por la cautela a a la hora de gastar.
Este estudio también revela que pese al optimismo moderado que ahora se muestra en torno al consumo gracias al comienzo del estancamiento de la inflación y la mejora del mercado laboral, algo que ha logrado mantener e incentivar el consumo. También hay que destacar que la mayoría de los europeos sigue teniendo visiones divididas y pesimistas en muchos casos con respecto al futuro económico de la región.
La muestra, llevada a cabo entre las cuatro economías más potentes de la Unión Europea (Francia, Alemania, Italia y España) más Reino Unido pone en valor que la mayoría de los consumidores siguen con el gasto moderado. Además, se ha marcado unas pautas para el gasto: la moderación y la compra selectiva como norma. Esa muestra también comenta que un 25% se muestra optimista para sus gastos y un 21% pesimista.
Por este motivo, y según las cifras, la mayoría de los consumidores europeos, es decir un 63% de los consumidores europeos no tiene previsto gastar de un manera exagerada y ostentosa. Por otro lado, un 37% de los encuestados si planean aumentar sus gastos en los próximos meses, este grupo destaca por su juventud. La edad es el motivo por lo que posiblemente los gastos se vayan a viajes, hoteles y entretenimiento se ve impulsado por la temporada de verano. Esta cifra es mayor todavía en nuestro país, donde el 40% de los encuestados tiene previsto aumentar su techo de gastos.
A pesar de este nuevo optimismo controlado, los consumidores continuaran a corto plazo con estrategias de compra de productos más económicos para poder gestionar y controlar sus finanzas. El estudio de la consultora a punta a que los consumidores de Generación Z y los Millennials, especialmente en Francia y España, son la franja de edad más propensa a mantener este comportamiento, algo que indica una preocupación mantenida en el tiempo.
Estas mismas estrategias y políticas de ahorro y austeridad predominan también entre los consumidores de ingresos medios y bajos, dos segmentos de la población que normalmente ajusta gastos y que en tiempos de inflación alta toma más precauciones si cabe. Normalmente las acciones de ahorro que se suelen realizar incluyen: la compra de productos de otras marcas, la búsqueda de descuentos, comprar menos y el aplazamiento y financiación de las compras.
Este análisis muestra que los consumidores del viejo continente, cada vez más, busquen oportunidades para disfrutar de gastos discrecionales como viajes y entretenimiento, mientras mantienen una vigilancia estricta sobre sus presupuestos y adaptan sus hábitos de compra para maximizar el valor.
Además, un pequeño grupo de consumidores ha visto una mejora en sus ahorros en comparación con el año anterior, según indican desde la consultora. Pero las incertidumbres geopolíticas persistentes siguen influyendo en estos patrones de gasto, lo que subraya la complejidad del panorama económico actual en Europa.
INTERÉS POR PRODUCTOS QUE MINIMICEN EL EMBALAJE Y UNA HUELLA DE CARBONO NEUTRA
El informe de McKinsey también pon en valor que en el viejo continente los consumidores consideran a la sostenibilidad y otras prácticas medioambientales son factores a la hora de determinar su compra. Esta tendencia refleja y pone en valor que los actuales consumidores tienen una gran conciencia medioambiental y una creciente conciencia social y de valores.
Por otro lado, más de la mitad de los consumidores europeos han señalado que factores relacionados con la salud el medio ambiente, la reciclabilidad de los productos, el abastecimiento responsable y el comercio justo, son determinantes a la hora de hacer sus compras. Algo muy importante en el mundo actual donde muchos productos ofrecen similares prestaciones y la parte social puede ser determinante para que sean los elegidos a la hora de comprar.
En este mismo sentido, la transparencia y la autenticidad de las empresas también juegan un papel crucial en la mayoría de las categorías de productos. En Europa, por ejemplo la preocupación por estos aspectos es especialmente notable entre los jóvenes de la Generación Z, particularmente en Italia y Reino Unido.
Para finalizar, otro ejemplo es en las categorías de alimentos y productos de cuidado personal, donde la preferencia por los productos sostenibles está influyendo significativamente en las decisiones de compra.