En el primer trimestre del año fiscal 2025, el gigante automotriz Toyota elevó su beneficio neto un 1,7% hasta los 1,33 billones de yenes (alrededor de 8.235 millones de euros). Este sólido desempeño se debe principalmente a la debilidad del yen y a las fuertes ventas en Estados Unidos, que han impulsado significativamente la rentabilidad de la compañía.
A pesar de los desafíos que enfrenta Toyota en Japón y China, donde la demanda de automóviles se ha visto afectada, la previsión de ganancias para el conjunto del ejercicio se mantiene en los 4,3 billones de yenes (26.623 millones de euros). Este optimismo se basa en el impulso de las ventas en América del Norte, que logra compensar la escasez de demanda en los mercados asiáticos.
Efectos Mixtos de la Debilidad del Yen
La debilidad del yen está perjudicando las exportaciones de automóviles de Toyota, pero al mismo tiempo está ayudando a aumentar los ingresos en moneda local en el mercado nipón y contribuyendo de manera positiva a las cuentas generales de la automovilística. Sin embargo, la compañía se enfrenta a la crisis de certificaciones de seguridad derivada de las investigaciones del Gobierno japonés sobre los métodos de producción en serie.
Los ingresos entre abril y junio aumentaron un 12%, hasta 11,8 billones de yenes (73.059 millones de euros), mientras que para el conjunto del año fiscal de 2025, Toyota mantiene sus previsiones de ingresos en 46 billones de yenes (284.768 millones de euros). El margen de beneficio se incrementó medio punto porcentual hasta el 11,1%.
Estrategia de Electrificación y Desafíos en Ventas Globales
Las ventas mundiales del mayor fabricante de automóviles cayeron un 4,7% hasta los 5,2 millones de unidades durante el primer semestre de 2024, principalmente en Japón y China, como consecuencia de las retiradas del modelo Prius y la competencia en el gigante asiático con las marcas locales como BYD.
En el marco de su estrategia, Toyota se ha comprometido a vender 1,5 millones de vehículos eléctricos de batería al año a partir de 2026 y 3,5 millones para 2030, a pesar del repunte de ventas de sus modelos híbridos.
Según el director financiero de Toyota, Masahiro Yamamoto, «la situación en el último año ha cambiado de una manera drástica y no sabemos qué pasará el ejercicio próximo«, lo que refleja la incertidumbre que enfrentan los fabricantes de automóviles en un entorno altamente competitivo y en constante evolución.