El Departamento de Transportes de Texas ha aprobado la adquisición de la autopista SH-288, así como una compensación máxima de 1.731 millones de dólares (1.606 millones de euros) a pagar antes del próximo 8 de octubre de 2024. Esta decisión se ha tomado de forma unilateral por parte de la administración texana, después de que la comisión haya votado a favor del cambio de titularidad de este activo.
La actual concesionaria, Blueridge, está participada al 43,2% por ACS y al 56,8% por Abertis (controlada a su vez al 50% por la compañía de Florentino Pérez). El Gobierno de Texas busca aprovechar el gran crecimiento que está experimentando esta carretera para bajar los peajes que pagan sus ciudadanos y que no siga, de esta forma, en manos privadas, cuyos acuerdos limitan el uso de la vía como servicio público.
LOS MOTIVOS DETRÁS DE LA ADQUISICIÓN
El año pasado, la tarifa máxima de peaje permitida creció un 14,9% y, para este 2024, ya se ha vuelto a disparar otro 15,2%. Con estos datos, las autoridades creen que el valor de la autopista está muy por encima del que esperaban al adjudicarla a un consorcio privado en 2016.
Además, en la última cuenta de resultados de ACS, la compañía hace alusión a este hecho bajo el epígrafe de ‘Riesgos estratégicos’, recordando que la Administración texana dio un plazo de seis meses para negociar alternativas a esta terminación. Sin embargo, el Departamento de Transportes de Texas ya ha tomado una decisión: «La comisión votó para aprobar el cambio de titularidad de la SH-288 y la corporación Texas pagará una tarifa por la terminación anticipada del contrato a Blueridge«.
EL IMPACTO PARA LAS EMPRESAS INVOLUCRADAS
Esta adquisición unilateral por parte del Gobierno de Texas tendrá un impacto significativo en las empresas involucradas. ACS y Abertis se verán afectadas por la pérdida de este activo y la compensación acordada, lo que puede repercutir en sus resultados financieros y estrategias empresariales.
Por otro lado, la corporación pública de transporte de Texas se hará cargo de la autopista SH-288, lo que le permitirá controlar los peajes y ofrecer un servicio más asequible para los ciudadanos. Esta decisión refleja la creciente tendencia de los gobiernos a recuperar el control de infraestructuras estratégicas, buscando un equilibrio entre los intereses públicos y privados.
En conclusión, la adquisición de la autopista SH-288 por parte del Gobierno de Texas es una decisión de alto impacto que tendrá consecuencias tanto para las empresas involucradas como para los ciudadanos de la región. Este caso evidencia la complejidad de las relaciones entre el sector público y privado en la gestión de infraestructuras clave.