Bajo un panorama donde una de las mayores preocupaciones relacionadas con la inteligencia artificial (IA) tiene que ver con el potencial reemplazo del ser humano por parte de estas herramientas, OpenAI y ChatGPT parecen haber logrado, de la mano con Synchron, un avance que tal vez nadie esperaba: la integración de un chatbot en el cerebro de una persona; novedad que fortalece la característica de complementariedad entre la IA y el humano.
Tal vez esta conexión entre ChatGPT y el cerebro humano es lo más cercano al súperhumano (al menos en términos intelectuales) que hayamos visto jamás, por lo que, en caso de seguir avanzando en la materia y perfeccionando las técnicas, podríamos estar cerca de alcanzar, como especie, el clímax máximo en lo referido al conocimiento.
2Lo que ha permitido este histórico avance
GPT-4o, la nueva versión de funcionamiento de ChatGPT, ha posibilitado la integración de esta herramienta en el cerebro de Mark, paciente de Synchron, debido a su capacidad de procesar entradas de texto, audio y visión en tiempo real, lo cual permite que el sistema se comporte como una expresión más completa del cerebro del usuario.
Finalmente, cabe destacar que para Synchron la protección de los datos cerebrales es innegociable, pues asegura que no comparte este tipo de información con OpenAI; característica que marca la diferencia con respecto a otras compañías del sector a la hora de ganarse la confianza de los usuarios, pues tomar la decisión de «entregarle» el control de nuestro cerebro a una empresa no es tan fácil como parece, por lo que el respeto hacia la privacidad acaba siendo clave para acceder a hacerlo.