El mundo del toro se vistió de luto para despedir al maestro Paco Camino, fallecido a los 83 años. Familiares, amigos y figuras destacadas del toreo se acercaron hasta la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento de Camas, Sevilla, para dar el último adiós al diestro.
Un adiós cargado de emoción
A lo largo de la tarde del martes, numerosas personas se desplazaron hasta la localidad sevillana para mostrar sus condolencias a la familia. La tristeza y la conmoción eran palpables en el ambiente mientras el féretro con los restos mortales del maestro hacía su llegada al Ayuntamiento.
Isabel Sánchez Flor, tercera esposa de Paco Camino, visiblemente afectada, llegó arropada por familiares y amigos que no la dejaron sola en ningún momento. Entre ellos se encontraba una de las hermanas del torero, quien tampoco pudo evitar las lágrimas al despedirse de su hermano.
Paco, sobrino del maestro, atendió a los medios de comunicación con gran entereza. Destacó la figura de su tío en el mundo del toreo y aseguró que su marcha se había producido de la forma en que él hubiera deseado: en el campo y rodeado de sus seres queridos.
Rostros conocidos del toreo se suman al último adiós
A lo largo de la jornada, destacadas personalidades del mundo taurino se unieron al dolor de la familia. Entre ellos, se encontraban Álvaro Domecq y José María Gil Silgado, quienes compartieron entrañables momentos con Paco Camino y quisieron estar presentes en su despedida.
Una ausencia destacada fue la de los hijos que el maestro tuvo fruto de su matrimonio con María de los Ángeles Sanz: Rafa, Marian y Francisco Javier. Se desconoce el motivo de su falta de asistencia a la capilla ardiente.
La muerte de Paco Camino supone una gran pérdida para el mundo del toreo. El diestro, nacido en Camas en 1939, estaba considerado una de las grandes figuras de la tauromaquia del siglo XX. Su trayectoria profesional, que abarcó más de dos décadas, estuvo marcada por su maestría, elegancia y valor en el ruedo.
Camino cosechó importantes triunfos en las plazas más importantes del mundo, como Las Ventas de Madrid, La Maestranza de Sevilla o la Monumental de México. Su estilo, caracterizado por la pureza y la verticalidad, ha inspirado a varias generaciones de toreros.
