Competir con el Goliat chino en el sector de la fabricación de componentes para la industria renovable es imposible sin apoyo público, y Europa lo sabe. En nuestro país, el Ministerio del ramo, en el marco de la estrategia europea de infraestructuras energéticas, ha puesto en marcha un plan de ayudas destinado a erigirse en honda de David para las compañías españolas de este feroz mercado. Y aún así, no hay consenso sobre el plan en el seno del panorama empresarial, siendo la inclusión de las polémicas bombas de calor el objeto de las mayores críticas.
Este lunes, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) publicó las bases reguladoras de la línea de ayudas estatales a la fabricación de equipos y componentes de renovables y almacenamiento. Esta vertebración normativa se alinea con los objetivos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que materializa en España la estrategia de la UE en este ámbito.
EL PROGRAMA CUENTA CON UNA DOTACIÓN DE 750 ‘KILOS’ DESTINADOS A FINANCIAR LA FABRICACIÓN ESPAÑOLA DE paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor, baterías, electrolizadores y demás componentes RENOVABLES
La Adenda del PRTR habilita una dotación de 750 millones de euros para la línea, que serán empleados en el financiamiento de iniciativas y el refuerzo de la cadena de valor en la fabricación española de paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor, baterías, electrolizadores y demás componentes esenciales para las instalaciones de energía renovable.
Las ayudas se concederán como subvenciones a fondo perdido (es decir, que el dinero no tendrá que ser devuelto) y se podrá optar a ellas en régimen de concurrencia competitiva, otorgándose a las empresas cuyos proyectos obtengan la mejor puntuación. El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del MITECO, será el encargado de gestionarlas.
Las bases reguladoras definen como iniciativas subvencionables aquellas relacionadas con «la producción de equipos pertinentes para la transición hacia una economía de cero emisiones netas; a saber, baterías, paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor, y electrolizadores», además de los bienes «utilizados principalmente como insumo directo para la producción de los equipos.
ACTUACIONES SUBVENCIONABLES
Dentro del apartado correspondiente al almacenamiento de energía renovable, podrán optar a las ayudas los proyectos de fabricación y ensamblaje de baterías, celdas de baterías y battery packs, así como la fabricación de los componentes esenciales para las mismas. Destaca la exclusión expresa de las baterías destinadas a la movilidad eléctrica.
En el segmento solar, las bases señalan como subvencionables las actuaciones dirigidas al desarrollo de paneles fotovoltaicos, entendidos como «un conjunto de células solares directamente interconectadas y encapsuladas como un único bloque, entre materiales que las protegen de los efectos de la intemperie». Las celdas o células fotovoltaicas son definidas como «los dispositivos que transforman la radiación solar en energía eléctrica».
En cuanto a los componentes esenciales asociados a los módulos o paneles fotovoltaicos, la normativa enuncia el siguiente compendio de elementos: «Polisilicio, cristales de silicio, obleas, tecnología y equipos para el crecimiento de cristales, cortadoras, hilos diamantados, pastas de metalización (plata y aluminio) para la fabricación de células fotovoltaicas, células fotovoltaicas, vidrio solar, film adhesivo, encapsulantes, marcos, cubiertas traseras, cajas de conexiones e inversores.
Las turbinas eólicas o aerogeneradores son mencionados como equipos que «aprovechan y transforman la energía cinética del viento para la generación de energía mecánica o eléctrica, tanto en emplazamientos terrestres como marinos«, encuadrando como componentes esenciales subvencionables una nutrida lista de instrumentos que van desde los generadores hasta los elementos de acoplamiento, pasando por las herramientas de anclaje al fondo marino y los cojinetes.
Los electrolizadores aparecen en las bases como «dispositivo que realiza la electrolisis del agua, entendiendo ésta como el proceso en que se emplea corriente eléctrica para provocar una reacción química en la molécula del agua para la obtención de oxígeno e hidrógeno». También se contempla un amplio listado de elementos esenciales: ánodos, cátodos, sistemas de enfriamiento, desionización, conectores, pilas de combustible, etcétera.
Por último, se incluye entre los proyectos renovables susceptibles de recibir apoyo financiero a las bombas de calor, «máquina térmica que, utilizando un gas refrigerante en un ciclo termodinámico cerrado, transfiere calor de un entorno natural como el aire, el agua o la tierra, a un edificio o a aplicaciones industriales, invirtiendo el flujo natural del calor, de modo que fluya de una temperatura más baja a una más alta». El proceso debe extraer el calor de una fuente de energía renovable para poder optar a las ayudas.
LAS BOMBAS DE CALOR, ‘OVEJA NEGRA’ DE LA INDUSTRIA RENOVABLE
La incorporación de las bombas de calor al régimen de apoyo público a la industria renovable no ha sido del gusto de todos. MERCA2 se ha puesto en contacto con Nortegas, grupo gasístico español que se opone a su inclusión.
«La descarbonización mediante la bomba de calor, dado el tipo de edificación de las viviendas y el poder adquisitivo de la población, no será posible en España» -comentan las fuentes corporativas consultadas- «Las políticas que promuevan la descarbonización de la edificación en España deben tener en cuenta la realidad del país y promover una transformación realista, eficiente y equitativa».
Los opositores a la implantación de bombas de calor suelen basar sus argumentos en el mayor coste de esta tecnología renovable en comparación con la calefacción tradicional. Por otro lado, esta solución energética, fuertemente respaldada por la Unión Europea (UE) también despierta críticas por su propensión a generar ‘islas de calor’ que acaban estirando la demanda eléctrica necesaria para el confort.
«EL DESPLIEGUE DE LA BOMBA DE CALOR REQUIERE UNA INVERSIÓN DE 18.000 EUROS, UNA CANTIDAD QUE SUPERA EL 90% DE LA RENTA ANUAL MEDIA EN ESPAÑA»
Nortegas
«Es mucho más eficiente invertir en gases renovables (biometano e hidrógeno) que añadir estrés adicional a una red eléctrica que ya tiene muchos retos para descarbonizar el transporte, por ejemplo» -continúa Nortegas- «Además, cuando se renueva la bomba de calor, supone una segunda inversión de 9.000 euros, muy relevante para una economía familiar, que, cuando ocurra de nuevo no estará subvencionada y podrá convertirse en un problema de pobreza energética.
Las fuentes de la comercializadora gasística agregan que España, a diferencia de los países centroeuropeos, es un país con 18 millones de hogares donde cerca del 70% de las viviendas se encuentran en edificios multivivienda, un 31% tienen menos de 70 m2 y un 40% tienen entre 70 y 100 m2.
Por otro lado, concluyen, «el despliegue de la bomba de calor requiere una inversión de 18.000 euros, que supera el 90% de la renta anual media en España (19.000 €).