La inteligencia artificial (IA), aunque ya llevaba años desarrollándose, irrumpió en nuestras vidas de un momento a otro y cambió para siempre la manera de relacionarnos con ciertas cosas y ámbitos de la vida. Ya hemos visto ejemplos acerca de cómo varios empleadores se han ido inclinando progresivamente hacia este tipo de herramientas en sus empresas para optimizar procesos, sin embargo, en el campo de la programación parecen haber más dudas que certezas en cuanto a los alcances que tiene esta clase de tecnologías.
A diferencia de otros contextos profesionales en los que parece haber un acuerdo total en torno al impulso que le brinda la inteligencia artificial a la productividad de los trabajadores, en la programación sucede algo distinto, pues con respecto a este tema los programadores y sus jefes tienen opiniones diferentes.
2Un desacuerdo llamativo
Esta desconexión entre lo que opinan los jefes y los trabajadores de un mismo campo resulta cuanto menos llamativa, pues no es fácil comprender cómo aquellos que no realizan el trabajo de la programación directamente piensan que aquellos que lo hacen están siendo más productivos gracias a la inteligencia artificial, mientras estos últimos opinan todo lo contrario.
Sin duda alguna se trata de un aspecto a revisar por parte de los empleadores principalmente, ya que si la percepción de los programadores no concuerda con su opinión, resulta necesario revisar qué aspectos se deben ajustar para conseguir que el mejoramiento de la productividad pase de ser una sensación por parte de jefes, a ser una realidad tanto para estos como para los empleados en sí.
