domingo, 8 septiembre 2024

La tasa del paro de los jóvenes desciende al 26,6% en el segundo trimestre del año

El segundo trimestre del año ha traído consigo un incremento del paro juvenil en España, afectando especialmente a los jóvenes menores de 25 años. En este artículo, exploraremos en detalle las cifras recientes y el panorama actual del desempleo juvenil, así como sus implicaciones en el mercado laboral.

El incremento del paro juvenil en el segundo trimestre de 2023

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de jóvenes en paro menores de 25 años aumentó en 5.400 personas en el segundo trimestre de 2023. Este incremento representa un 1,1% más que en el trimestre anterior, dejando un total de 470.400 jóvenes en situación de desempleo al finalizar junio.

Pese a este aumento en el número de desempleados, la tasa de paro juvenil se redujo hasta el 26,58% al cierre del segundo trimestre, un porcentaje 1,1 puntos inferior al del trimestre anterior (27,7%) y el más bajo desde 2008. Esta reducción se debe, principalmente, al incremento en el número de jóvenes activos, que subió en 90.900 personas entre abril y junio, situándose en 1.769.600.

El desglose por rangos de edad: comportamientos diferenciados

El análisis por grupos de edad muestra diferencias significativas:

  • Jóvenes de 20 a 24 años: El paro disminuyó en 26.700 personas, lo que representa un -7,6% respecto al trimestre anterior.
  • Jóvenes de 16 a 19 años: En contraste, el paro en este grupo aumentó en 32.100 personas, un +27,6%.

En el último año, el desempleo de los jóvenes de 16 a 19 años aumentó en 23.600 desempleados (+18,9%), mientras que en el grupo de 20 a 24 años se redujo en la misma cantidad, 23.600 personas (-6,8%).

El impacto del paro juvenil en el total de desempleados

De los 2,75 millones de parados contabilizados en España al finalizar el segundo trimestre del año, el 17% corresponde a jóvenes menores de 25 años. Además, el 37,6% de los parados son de larga duración, es decir, personas que llevan más de un año en el desempleo.

En términos absolutos, el número de parados de larga duración disminuyó en 17.600 personas en el segundo trimestre, un 1,7% menos respecto al trimestre anterior, situándose en 1.036.300 personas. En el último año, estos parados de larga duración han disminuido en 21.000 personas (-2%).

El primer empleo y el fenómeno de los ‘ni-nis’

El colectivo de aquellos que buscan su primer empleo, mayoritariamente constituido por jóvenes, elevó su cifra de parados en 14.900 personas entre abril y junio (+5,5%), alcanzando un total de 286.100 desempleados.

En cuanto a la población de jóvenes entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan (denominados ‘ni-nis’), al finalizar el segundo trimestre había 879.800 jóvenes en esta situación, 48.500 más que en el mismo trimestre del año anterior.

Por otro lado, los jóvenes que tanto estudian como trabajan (‘si-sis’) aumentaron en 41.200 en el último año, alcanzando un total de 1.087.300, la cifra más alta desde el cuarto trimestre de 2005.

Los factores y desafíos del desempleo juvenil

El desempleo juvenil en España se ha visto influenciado por múltiples factores, entre los cuales destacan:

  • Contexto económico: La recuperación económica a nivel general suele traducirse en una creación de empleo que inicialmente beneficia a sectores menos especializados.
  • Educación y formación: La falta de formación adecuada y la preparación frente a los requerimientos del mercado laboral actual.
  • Contratos precarios: La elevada temporalidad y parcialidad de los contratos que se ofrecen a los jóvenes.
  • Políticas de empleo: La necesidad de políticas más eficaces y específicas que fomenten la inserción de los jóvenes en el mercado laboral.

Las estrategias para afrontar la situación

Es crucial la implementación de estrategias integrales que aborden estas cuestiones desde diferentes frentes:

  • Fomento de la educación y formación profesional: Adaptar los programas educativos a las necesidades del mercado laboral y promover la formación dual.
  • Incentivos para la contratación: Subvenciones y beneficios fiscales para las empresas que contraten jóvenes y que se centren en contratos de larga duración.
  • Programas de apoyo al emprendimiento: Facilitar el acceso a financiación y asesoramiento para los jóvenes emprendedores puede ser una vía eficaz para reducir el desempleo.
  • Reformas estructurales: En lo que respecta a la legislación laboral, es necesario equilibrar las prioridades entre protección laboral y flexibilidad empresarial.

En conclusión, aunque las últimas cifras del EPA muestran un aumento del número de jóvenes en paro, también se observan indicadores positivos como la reducción de la tasa de paro juvenil, lo cual es un buen augurio para el futuro del empleo en este colectivo. Sin embargo, los desafíos persisten y es fundamental el diseño e implementación de políticas que aborden estas problemáticas de forma holística y efectiva.


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