domingo, 8 septiembre 2024

Los Morancos, los Iglesias y los desaciertos de la TVE socialista

Pedro Sánchez ha celebrado 6 años en el poder a sin cumplir prácticamente ninguna de sus promesas que lanzó en 2018 para regenerar Radio Televisión Española, que había sido devaluada por la manipulación y el amiguismo de los gobiernos de Mariano Rajoy (tras el esplendor de la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero solo emborronado por su decisión de quitarle la publicidad a RTVE para compensar a Telecinco y Antena 3 por el nacimiento de La Sexta y Cuatro).

El PSOE regresó a La Moncloa en 2018 asegurando que iba a devolver el poder en RTVE a los trabajadores de la Corporación pública, que llevaban varios años denunciando el manoseo del Partido Popular en los concurridos Viernes Negros.

El intento de cambio comenzó con obsceno pulso público entre PSOE y Podemos para elegir presidente. Los morados se enfadaron por no poder elegirlo, dinamitaron en una votación del Congreso a la candidatura socialista de Tomás Fernando Flores y vieron atónitos como Sánchez seleccionaba por decreto-ley como administradora única a Rosa María Mateo.

Poco tardaría el presidente en saberse en minoría dentro del conservador sistema mediático español, lo cual le invitó a quitarle competencias a Mateo y nombrar como director de Actualidad (o número 2 de facto) a un ‘comisario político’ como Enric Hernández.

Mateo y Hernández cayeron en 2021 tras un pacto entre PSOE y PP que iba a ser el preámbulo del final anticonstitucional bloqueo ‘popular’ del Consejo General del Poder Judicial, y tras naufragar un concurso público para elegir presidente, llegó el catedrático José Manuel Pérez Tornero, que se rodeó de directivos afines a Génova 13 e hipotecó a la casa con millonarios derechos deportivos.

Pérez Tornero y su equipo firmaron 3 de los capítulos más sombríos de la etapa ‘sanchista’: el veto a los informativos a cubrir un viaje al Sáhara, lo cual motivo la dimisión de de los responsables de Internacional de TVE y RNE, Sylvia Fernández de Bobadilla y Juan Tato; el despido del guionista Bernat Barrachina por hacer un chiste sobre la infanta Leonor (lo cual acabó siendo declarado nulo por el Supremo); y el cese de Jesús Cintora, que en 1 año había duplicado la audiencia del mediodía de La 1 y, pese a sus aciertos y errores, fue el primer periodista en más de medio siglo en la pública capaz de hablar de la corrupción monárquica o de los excesos de las eléctricas.

Tras año y medio de gestión, en septiembre de 2022, Pérez Tornero dimitió, en parte por el hostigamiento del tándem prisaico-monclovita compuesto por el desaparecido Miguel Barroso y José Miguel Contreras. A su caída fue nombrada presidenta interina Elena Sánchez, que tal y como contó MERCA2.es acabó conviviendo en complicada armonía con el director de Contenidos José Pablo López.

López había sido aupado en abril de 2022 por Barroso y Contreras y, desde sus inicios demostró una gran capacidad para devolver la competitividad a La 1 gracias a la atinada programación de ‘La promesa’ o al aplaudido regreso de ‘El Grand Prix’.

La 1 de TVE ha recuperado la segunda esta pasada temporada, gracias a su buen inicio de campaña y a los grandes eventos (que la han sostenido a partir de febrero), pero ha errado con la compra de programas a productoras afines a La Moncloa (véase LaCoproductora de Prisa o The Pool) y por la falta de variedad de su parrilla, repleta de formatos repletos de famosos y anémica de ficción autóctona en prime time, documentales, espacios divulgativos o debates (el retorno de ’59 segundos’ lo compensará en parte desde septiembre).

TVE
‘Hermanos a la obra’.

López acierta a insinuar que la izquierda debe rebajar la arrogancia que ha tenido hacia la prensa rosa, pero este hecho no quita que La 1 no debiera convertirse en una especie de versión desangelada de las privadas con espacios como ‘Hermanos a la obra’, con Chabeli y Julio José Iglesias; la tóxica adaptación ibérica de un extraordinario formato como ‘Masterchef’; o subproductos como ‘La Plaza de La 1’ o ‘DCorazón’ que no aportan absolutamente nada a una cadena pública.

COLECCIÓN DE ESTRELLAS EN TVE

TVE se ha convertido en una especie de adaptación estatal de la casposa Canal Sur y tiene propensión al desacierto en los fichajes al incorporar a grandes deudoras con Hacienda (Patricia Conde), amantes de los paraísos fiscales (Santiago Segura), divas del neoliberalismo (la ‘apolítica’ Alaska), emblemas de los vientres de alquiler (Ana Obregón), y cómicos que ya estaban desactualizados en los años 90 (Los Morancos, que harán el camino de Santiago para La 1 como premio a contar chistes sobre árabes y chinos en las Campanadas de 2023).

A La Moncloa hay que reconocerle que no haya impuesto una línea progubernamental en los ‘Telediarios’, pero es tal y como señala el sindicato USO «la pelea actual es por la caja de las compras» en vez de por el control ideológico, lo cual es más zafio si cabe.


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