El temor a una victoria de Trump hace tambalear a los fabricantes de vehículos de Europa

La industria automotriz europea se ha visto sacudida por una oleada de ventas este martes, en medio de las preocupaciones sobre los potenciales riesgos para la colaboración comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos en caso de que Donald Trump vuelva a ganar las elecciones presidenciales en noviembre.

La designación de JD Vance como candidato a la vicepresidencia por parte de Trump ha intensificado la presión sobre los inversores, quienes han optado por reducir sus posiciones en el sector. El mercado teme los posibles aranceles que Trump podría imponer a los vehículos europeos, los cuales ya enfrentan el riesgo de represalias de China por la aplicación temporal de este tipo de barreras comerciales a las importaciones de vehículos eléctricos provenientes del gigante asiático.

Impacto Potencial en Fabricantes Europeos

Según Barclays, un arancel estadounidense del 20% a las importaciones de los fabricantes de automóviles europeos podría tener un efecto perjudicial sobre el euro. Entre los fabricantes que dependen en gran medida de las exportaciones, Porsche AG ha retrocedido alrededor del 5% en la Bolsa de Fráncfort, cerrando la jornada a 71,76 euros por acción. La firma alemana de automóviles de lujo había registrado un récord histórico de ventas en Estados Unidos en 2023, con 75,415 unidades entregadas, un 7,6% más que el año anterior, lideradas por el modelo 911 y el Macan.

Otras empresas del sector, como Volvo, Mercedes-Benz, los proveedores de piezas Forvia y Valeo, así como Volkswagen, también han experimentado caídas de entre el 1,6% y el 3,3% en sus cotizaciones. En contraste, las acciones de los fabricantes franceses como Stellantis y Renault han sido las menos afectadas, con retrocesos del 0,88% y 0,4%, respectivamente.

Preocupación por el Comercio Transatlántico

La posible victoria de Trump en las próximas elecciones estadounidenses ha generado una inquietud en el sector automotriz europeo, ya que podría poner en riesgo la colaboración comercial entre la UE y Estados Unidos. Los inversores temen que, de volver al poder, Trump podría imponer nuevos aranceles a las importaciones de vehículos procedentes de Europa, lo que afectaría directamente a los fabricantes que dependen en gran medida de las exportaciones para su crecimiento.

Además, la industria automotriz ya enfrenta el desafío de las represalias de China por la aplicación temporal de barreras comerciales a las importaciones de vehículos eléctricos desde ese país. Esta doble presión, tanto desde Estados Unidos como desde China, ha provocado una aversión al riesgo entre los inversores, quienes han optado por deshacer parte de sus posiciones en el sector.

En este contexto de incertidumbre y volatilidad, los fabricantes europeos de automóviles y proveedores deberán estar atentos a la evolución de la situación política y comercial, buscando estrategias para diversificar sus mercados y mitigar los posibles impactos negativos que puedan derivarse de un cambio en las relaciones transatlánticas.