Zegona, el fondo de inversión británico dueño desde el pasado mes de mayo de Vodafone España, ha decidido enmendar algunas de las decisiones ejecutivas desacertadas que Vodafone Group tomó en España, como la compra de ONO en 2014 y la apuesta por su red híbrida de fibra y coaxial (HFC) y no por tirar fibra hasta el hogar (FTTH) o dejar de ofrecer fútbol en sus contenidos. Estas son las decisiones a las que los sindicatos se refieren cuando lamentan que para recuperar pulso comercial la operadora haya realizado hasta un total de cinco EREs con el último planteado, cuya afectación se ha reducido en la última reunión hasta las 898 personas, tras las movilizaciones sindicales.
En efecto, en la hoja de ruta de su propuesta de compra publicada por Zegona el pasado mes de noviembre ya mostraba un decálogo de intenciones de futuro para actuar con la filial española una vez estuviera en sus manos. Allí no decían nada de despidos, pero sí hablaban de ganar clientes integrando servicios que añadan valor, apostar por la marca Lowi y añadir servicios como el 5G y la televisión, reducción de los costes de adquisición de abonados, la implementación de mayores controles en torno a la distribución, la renegociación de acuerdos de contenidos, la simplificación de los sistemas informáticos y las redes de Vodafone España, y la renegociación de mejores costes de acceso a la red.
Zegona tiene que dar la vuelta a decisiones desacertadas del pasado que Vodafone Group tomó en España, como la apuesta por el red híbrida de fibra y cable coaxial (HFC) y no por la fibra hasta el hogar, y después dejar de ofrecer el fútbol en sus contenidos televisivos
Los analistas del mercado consultados por MERCA2 nos confirman que tal y como apuntaba en aquel escrito, Zegona tiene que dar la vuelta a decisiones desacertadas del pasado que Vodafone Group tomó en España, como la apuesta por el red híbrida de fibra y cable coaxial (HFC) y no por la fibra hasta el hogar, y después dejar de ofrecer el fútbol en sus contenidos televisivos. Sin embargo, ha empezado por lo más rápido y más reincidente; el recorte de gastos mediante la merma de fuerza laboral.
Para los expertos, el punto de inflexión y clave de la trayectoria de Vodafone España fue la decisión de comprar ONO en 2014 y comercializar los paquetes convergentes de internet y móvil, inventados como tales por Movistar en 2012, en los ocho millones de hogares conectados con red HFC, más lenta, incómoda en cuanto a la instalación cara a los usuarios y menos avanzada que el FTTH. De esta última sí desplegó tres millones de hogares de manera conjunta con Orange, pero su comercialización se agotó enseguida, y Vodafone tomó la decisión de dejar de desplegar este tipo de red.
Es por esa razón que entienden la necesidad del Vodafone de Zegona de migrar sus clientes HFC a la fibra óptica hasta el hogar, y para ello llegar a un acuerdo y formar una NetCo con una de las dos grandes operadoras con una gran red FTTH en nuestro país, (todo apunta a que será Masorange, aunque la operadora no lo ha confirmado, mientras los analistas sí nos confirman que también podría estar la opción de Movistar sobre la mesa de Zegona), para aprovechar las posibilidades de redes de fibra que se solapan en las calles españolas.
VODAFONE Y LAS DECISIONES CORREGIRÁ ZEGONA
Los analistas consultados explican que es comprensible que la nueva dirección de Vodafone España, al frente la que cual está su CEO, José Miguel García, experto en reflotar telecos, como en su día hizo con Euskaltel, quiera tratar de frenar la pérdida de tracción comercial que se deriva de decisiones erróneas, tal y como sostienen los sindicatos y confirman los analistas.
Tan solo un mes después de haber hecho efectiva la compra de la operadora, Zegona planteó adelgazar inicialmente la fuerza laboral en 1.198 trabajadores. Tras siete reuniones de la mesa negociadora del ERE, huelgas y movilizaciones que han llegado hasta el Ministerio de Transformación Digital, porque fue el ministro José Luis Escrivá el que argumentó que se había autorizado la compra de la operadora bajo la premisa de mantener la inversión y el empleo, la empresa ha bajado la afectación 898 personas.
Los sindicatos le han pedido que las bajas sean voluntarias, que las indemnizaciones sean de 50 días por año trabajado con un máximo de 33 mensualidades, con un plan de recolocación de seis meses y garantía de empleo de los que se queden hasta el último día del año 2026, así como distintos baremos para la prejubilación según edades, y la empresa se manifestará sobre estas peticiones este mismo lunes.
Este ERE afecta a una tercio de la plantilla, y es el quinto de los llevados a cabo por Vodafone España, afecta a un tercio de la plantilla y según uno de los analistas consultados, Joaquín Guerrero, de la consultora especializada en telecomunicaciones Nae,»aunque no hay respuesta fácil sobre si Zegona se equivoca o no con esta política laboral, los sindicatos sí tienen razón cuando argumentan que los trabajadores de vodafone son ya muy especializados y profesionales, y la plantilla ya está muy mermada de antemano. La salida de más de 800 personas supone un ahorro de costes, pero también es una pérdida de valor para una teleco que pretende ser reflotada«.
Zegona enfrenta un doble reto para revitalizar las operaciones comerciales; por un lado, no perder clientes y por otro cambiar el modelo, y todo ello haciendo frente a un «mal» común en la industria de las telecos, que es la tensión por la generación de caja
Y lo explica así porque en su opinión Zegona enfrenta un doble reto para revitalizar las operaciones comerciales; por un lado, no perder clientes y por otro cambiar el modelo, y todo ello haciendo frente a un «mal» común en la industria de las telecos, «la tensión por la generación de caja, por la que necesitan reducir costes operacionales, y de ahí la decisión de reducir personal».
Este analista, junto a otros consultados que han preferido no ser nombrados, apuntan también a la posibilidad de sustituir mediante aplicación de la inteligencia artificial (IA) algunas funciones con las que se pretende optimizar esos costes. Para todos los expertos, Zegona no ha hecho una apuesta por salvaguardar la paz social con unos trabajadores que ya soportaban condiciones laborales por debajo de los niveles que tienen en España los empleados de este sector.
Como analista coincide con otros consultados en el diagnóstico del origen de los problemas de Vodafone España. «Son decisiones que se tomaron y que afectan al desempeño actual de la teleco». Coincide en que el gran fallo, en su momento, fue no apostar por la fibra hasta el hogar.
«También se hizo con los tres millones de unidades inmobiliarias de huella de fibra (FTTH) conjunta con Orange. De aquella en vez de tomar la decisión de seguir «tirando» la fibra más innovadora y de conseguir esa red propia para crecer al mismo ritmo que las otras operadoras, continuó con la comercialización de los paquetes convergentes con la conexión híbrida HFC». Según el analista de Nae, esta decisión, y la posterior de dejar de ofrecer fútbol en su oferta televisiva, determinó su papel comercial en la pelea por los clientes premium, frenó su crecimiento en número de usuarios en un mercado convergente como el español.
El objetivo declarado de Zegona es «comprar, arreglar y vender», la cuestión para la totalidad de los analistas consultados es «¿qué es arreglar?» Y asumen como más que probable que lo que vayan a hacer «como sea» es mejorar la rentabilidad, es decir, el EBITDA cara a su posterior salida, y para poder conseguirlo van a tratar de monetizar cualquier activo que puedan tener encima de la mesa.
«Como crear una NetCo (o FiberCo), constituida con un socio, tal vez Telefónica, tal vez Masorange, (redes que se solapan en las zonas urbanas, principalmente) o incluso Onivia (redes más rurales) y es en lo que están trabajando activamente», nos indican, para liquidar la obsoleta red HFC y migrar los clientes de esa red a los servicios de red de fibra que le preste su socio. Así, el o los socios de la NetCo cobrarían a Vodafone España un alquiler mensual por prestarle el servicio.