La evolución del Impuesto de Sociedades ha sido objeto de un exhaustivo análisis por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este estudio, que abarca 143 jurisdicciones, revela una tendencia general hacia la estabilización de los tipos nominales en los últimos años, tras un período de descenso significativo. Este fenómeno ha captado la atención de economistas y responsables políticos a nivel global, dado su impacto en la competitividad fiscal de los países y en la atracción de inversiones extranjeras.
El informe de la OCDE destaca que, a pesar de la ralentización en el ritmo de descenso, el tipo nominal medio del Impuesto de Sociedades se ha situado en un mínimo histórico del 21,1% en 2024. Esta cifra contrasta notablemente con el 28% registrado en el año 2000, evidenciando una caída drástica en las últimas dos décadas. Sin embargo, es importante señalar que España se mantiene por encima de esta media, con una tasa nominal del 25%, lo que la sitúa en una posición intermedia entre las economías avanzadas en términos de presión fiscal sobre las empresas.
Tendencias globales en el Impuesto de Sociedades
El análisis de la OCDE revela una diversidad significativa en las tasas del Impuesto de Sociedades a nivel mundial. En 2024, 25 jurisdicciones mantenían tipos nominales iguales o superiores al 30%, con Colombia y Malta liderando la tabla con un 35%. En el extremo opuesto, 11 jurisdicciones no aplicaban ningún régimen de Impuesto de Sociedades o tenían una tasa del 0%. Esta disparidad refleja las diferentes estrategias fiscales adoptadas por los países para atraer inversiones y estimular el crecimiento económico.
Entre 2000 y 2024, se observa una tendencia generalizada hacia la reducción de las tasas impositivas. Un total de 113 jurisdicciones disminuyeron sus tipos nominales durante este período, mientras que solo 16 los incrementaron. Casos notables de reducción incluyen a Aruba, Barbados y Bulgaria, que recortaron sus tasas en al menos 20 puntos porcentuales. Esta tendencia a la baja ha sido especialmente pronunciada entre los países miembros de la OCDE, que han experimentado una caída media de 8,6 puntos porcentuales, pasando del 32,7% al 23,7% en 2024.
La distribución de las tasas impositivas también ha experimentado cambios significativos. El número de jurisdicciones con tasas entre el 10% y el 30% casi se triplicó, pasando de 39 a 104. Simultáneamente, las jurisdicciones con tasas entre el 10% y el 20% se cuadruplicaron, aumentando de 8 a 32. Esta redistribución sugiere una convergencia global hacia tasas moderadas, aunque persisten diferencias regionales notables.
Impacto en la recaudación y comparativa internacional
A pesar de la disminución generalizada en los tipos nominales, la OCDE señala que el impacto en la recaudación fiscal ha sido menos dramático de lo que podría esperarse. Los ingresos medios del Impuesto de Sociedades como porcentaje de los ingresos tributarios totales aumentaron del 12,5% en 2000 al 16% en 2021. Asimismo, su peso en relación al PIB creció del 2,6% al 3,2% en el mismo período. Estos datos sugieren que la base imponible se ha expandido, compensando en parte la reducción de los tipos.
En el contexto internacional, España se sitúa en una posición intermedia. Con un tipo nominal del 25% en 2024, se encuentra por encima de la media de la OCDE (21,1%), pero alineada con países de su entorno como Luxemburgo o Bélgica. Sin embargo, en términos de recaudación, el Impuesto de Sociedades representa para España solo el 7% de la recaudación fiscal total, significativamente por debajo del promedio del 16% para las 123 jurisdicciones analizadas.
La comparativa regional muestra diferencias significativas. En 2021, los países de la OCDE presentaban el promedio más bajo de ingresos por Impuesto de Sociedades en relación a los ingresos fiscales totales (10,2%), mientras que África lideraba con un 18,7%. Latinoamérica y el Caribe, así como Asia y el Pacífico, se situaban en posiciones intermedias. Estas diferencias reflejan las distintas estructuras económicas y prioridades fiscales de cada región.
Perspectivas futuras y desafíos
La estabilización reciente de los tipos nominales del Impuesto de Sociedades plantea interrogantes sobre la dirección futura de la política fiscal corporativa a nivel global. Aunque la tendencia a la baja parece haberse ralentizado, persisten presiones competitivas entre jurisdicciones para atraer inversiones. Este escenario plantea desafíos significativos para los gobiernos, que deben equilibrar la necesidad de ingresos fiscales con el mantenimiento de un entorno atractivo para las empresas.
La creciente importancia de la economía digital y la movilidad del capital plantean retos adicionales para la tributación corporativa. Los esfuerzos internacionales, liderados por la OCDE, para establecer un impuesto mínimo global y abordar la evasión fiscal de las multinacionales, podrían influir significativamente en la evolución futura de los tipos impositivos y en la distribución de la carga fiscal entre jurisdicciones.
Para países como España, que mantienen tipos nominales relativamente altos, el desafío consistirá en optimizar su sistema fiscal para mejorar la competitividad sin comprometer la recaudación. Esto podría implicar una revisión de las deducciones y exenciones fiscales, así como la implementación de medidas para ampliar la base imponible y mejorar la eficiencia en la recaudación.
En conclusión, aunque la tendencia a la baja en los tipos nominales del Impuesto de Sociedades parece haberse moderado, el panorama fiscal internacional sigue siendo dinámico y complejo. Los países deberán adaptar continuamente sus políticas fiscales para responder a los cambios en la economía global, manteniendo un delicado equilibrio entre la atracción de inversiones y la generación de ingresos suficientes para financiar el gasto público. El seguimiento de estas tendencias y la cooperación internacional serán fundamentales para abordar los desafíos fiscales del futuro.