La entrada en vigor de los aranceles a las importaciones de automóviles de batería eléctrica de China ha generado diversas reacciones en la industria automotriz de España. Las patronales del sector han expresado su posición, destacando que «en las guerras comerciales no hay ganadores» y que la «competencia sana» siempre es beneficiosa para impulsar el sector.
La industria automotriz española ha expresado su preocupación por el impacto que podrían tener los nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos, destacando la necesidad de mantener una «competencia sana» que beneficie tanto a los consumidores como a los fabricantes y proveedores locales. Las asociaciones del sector consideran que las políticas europeas deben enfocarse en fortalecer la competitividad de la industria, en lugar de recurrir a medidas proteccionistas que puedan obstaculizar el acceso a tecnologías y componentes clave para la transición hacia una movilidad más sostenible.
El impacto de los aranceles en el mercado español
El director general de la Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de vehículos (Ganvam), Fernando Miguélez, ha señalado que el consumidor «sufre en primera persona la presión al alza de los precios, lo que puede estancar todavía más el mercado de los electrificados«. Sin embargo, también reconoce que la llegada de las marcas chinas ha permitido generar una oferta muy competitiva y «ha supuesto una oportunidad de negocio para los distribuidores».
Desde la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), se ha destacado que el mercado automovilístico chino representa un tercio de la industria global, y que «muchos proveedores europeos proporcionan componentes y sistemas a todos los fabricantes a nivel internacional, incluidos los chinos. Incluso, señalan que «los vehículos eléctricos construidos en China a menudo incorporan muchos componentes y tecnologías fabricados por proveedores europeos».
La posición de las asociaciones de concesionarios
La Asociación de Concesionarios de España (Faconauto) ha sostenido que una «competencia sana» siempre es buena para impulsar el sector de la automoción. Asimismo, han afirmado que «un incremento en los aranceles podría afectar tanto a la importación de vehículos como a la competitividad del mercado español«. Por ello, consideran que es importante «que las políticas europeas alrededor del automóvil no penalicen y, al contrario, fortalezcan nuestra industria».
En este sentido, se suman al posicionamiento de la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa), que señala que «en lugar de confiar en medidas proteccionistas que podrían dificultar el acceso de las empresas europeas a mercados cruciales, los responsables políticos de la Unión Europea deberían centrarse en hacer que la UE sea más competitiva«.