viernes, 18 abril 2025

Miembros del BCE muestran recelos sobre la desaceleración de la inflación, pero solo uno se negó a reducir los tipos

La reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) celebrada los días 4 y 5 de junio estuvo marcada por una fuerte discusión interna sobre la decisión de reducir los tipos de interés. Si bien finalmente solo uno de los miembros del Consejo se opuso a esta medida, el resumen de la reunión revela que varios consejeros expresaron serias dudas sobre el proceso de desinflación y sobre si un recorte de tipos era realmente la opción más adecuada en ese momento.

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Uno de los principales argumentos esgrimidos por el consejero disidente fue que los datos económicos disponibles no respaldaban la necesidad de una reducción de tipos, ya que los riesgos al alza para la inflación seguían presentes. Además, este consejero advirtió que separarse de la trayectoria de las tasas de interés estadounidenses podría incrementar las presiones inflacionarias a través de los efectos del tipo de cambio.

Las Dudas Sobre la Trayectoria de la Inflación

Varios miembros del Consejo manifestaron que, desde la última reunión, los datos disponibles no habían aumentado su confianza en que la inflación convergiría al objetivo del 2% para 2025. De hecho, estos miembros argumentaron que la inflación parecía ser más rígida, principalmente debido a la inflación de los servicios, mientras que el ritmo de la desinflación interna se había «sobreestimado» y el crecimiento de los salarios también se había fortalecido.

Además, las proyecciones técnicas del BCE para la inflación general y subyacente en 2024 y 2025 se habían revisado al alza en comparación con las proyecciones de marzo, lo que había pospuesto el retorno previsto de la inflación general al objetivo del 2% hasta el último trimestre de 2025.

El Debate Sobre la Dependencia de los Datos

Estos miembros del Consejo advirtieron que cualquier retraso adicional en volver a alcanzar la meta de inflación podría hacer más difícil seguir anclando las expectativas de inflación en el futuro, y que en conjunto sugiere que la última fase de la desinflación era la más difícil.

Por lo tanto, estos consejeros consideraron que recortar las tasas de interés no estaba completamente en línea con el principio de dependencia de los datos, y que había motivos para mantener las tasas de interés sin cambios en la reunión actual. Sin embargo, finalmente se expresó la voluntad de apoyar la propuesta de reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos, «a pesar de las reservas formuladas«.

En resumen, la reunión del Consejo de Gobierno del BCE estuvo marcada por una intensa discusión interna sobre la decisión de reducir los tipos de interés, donde varios consejeros expresaron serias dudas sobre el proceso de desinflación y la adecuación de esta medida en ese momento. Si bien solo uno de los miembros se opuso abiertamente a la decisión, el resumen de la reunión revela que el debate fue mucho más intenso de lo que se había dado a conocer públicamente.


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