Este jueves, Bruselas comenzará a aplicar los impuestos transitorios a automóviles eléctricos fabricados en China

La Unión Europea se enfrenta a un nuevo desafío en su relación comercial con China, al imponer aranceles provisionales a la importación de automóviles eléctricos fabricados en el gigante asiático. Esta medida llega tras semanas de negociaciones infructuosas entre Bruselas y Pekín, donde el bloque europeo ha expresado su preocupación por los subsidios que reciben los fabricantes chinos, lo que consideran una ventaja desleal frente a sus propias marcas.

La aplicación de estos aranceles provisionales, que entrarán en vigor el 5 de julio, será una garantía definida por cada Estado miembro, lo que significa que solo se recaudará si la UE decide imponer aranceles definitivos cuatro meses después. Estas nuevas tasas se sumarán al 10% que la Unión Europea ya percibe de manera general sobre las importaciones de vehículos eléctricos de batería.

Investigación Sobre Subvenciones Anticompetitivas

El caso se remonta a octubre del año pasado, cuando la Comisión Europea abrió formalmente una investigación por subvenciones anticompetitivas que tiene un plazo máximo de 13 meses para tomar una decisión. Antes de este plazo, a los nueve meses, los servicios comunitarios pueden acordar medidas temporales, lo que se hará efectivo este jueves.

La Comisión Europea anunció su propuesta el pasado 12 de junio e informó tanto a las autoridades y sector chino como a los Estados miembro. En este sentido, algunos gobiernos, como Alemania o Suecia, ven con dudas la medida por miedo a una guerra comercial con el gigante asiático, mientras que otros, como España y Francia, la defienden.

Si de aquí a noviembre Bruselas considera que los aranceles deben volverse definitivos, deberá entonces presentar una propuesta formal a los Veintisiete, quienes podrán aprobar o tumbar la decisión por mayoría cualificada. De no lograrse dicha mayoría, el Ejecutivo comunitario podrá imponer los aranceles por sí mismo.

Ajustes a las Tasas Impuestas

Desde que Bruselas adelantó la inminente imposición de aranceles provisionales, las partes han mantenido contactos técnicos para buscar una solución «eficaz» que ponga fin al «dumping» que denuncian los europeos. Sin embargo, el diálogo no ha dado frutos, y Pekín incluso anunció una investigación sobre el sector del porcino europeo en represalia.

Como resultado de las consultas con las empresas afectadas, los servicios comunitarios han introducido ajustes a las tasas planteadas inicialmente. Así, la Comisión ha reducido levemente los porcentajes para Geely (del 20% al 19,9%) y SAIC (del 38,1% al 37,6%), mientras que se mantiene sin cambios el gravamen para la producción de BYD (17,4%).

Además, se han reajustado los aranceles para los fabricantes que han cooperado con los servicios comunitarios durante la investigación, pasando del 21% al 20,8%, mientras que el resto que no han colaborado estarán sometidos al porcentaje más alto, que pasa de 38,1% a 37,6%.

La Comisión Europea ha activado la vigilancia de las importaciones para estudiar medidas tras observar entradas masivas de casi 200.000 vehículos entre octubre de 2023 y enero de 2024, lo que representa un incremento del 11% en comparación con el mismo periodo del año anterior, en términos de media mensual, y del 14% en comparación con el período equivalente entre octubre de 2022 y enero de 2023.

En resumen, la Unión Europea se enfrenta a un complejo panorama en su relación comercial con China, al imponer aranceles provisionales a la importación de automóviles eléctricos fabricados en el país asiático. Esta medida, que pretende hacer frente a los subsidios que reciben los fabricantes chinos, ha sido recibida con dudas y divisiones entre los Estados miembro, y ha llevado a la Comisión Europea a realizar ajustes en las tasas impuestas, ante la falta de una solución negociada con Pekín.