La fiebre infantil es una de las situaciones más comunes y preocupantes a las que se enfrentan los padres. Como fenómeno natural del cuerpo, la fiebre es una señal de que el sistema inmunológico está trabajando para combatir una infección u otra condición.
Sin embargo, es crucial entender cuándo y cómo manejar adecuadamente la fiebre para garantizar la salud y el bienestar de nuestros pequeños. A continuación, conocerás los trucos y consejos de los pediatras para el manejo efectivo de la fiebre infantil, brindando pautas claras y confiables para que los padres puedan actuar con seguridad y tranquilidad.
DEFINIENDO LA FIEBRE INFANTIL: CUÁNDO PREOCUPARSE
Es importante tener en cuenta que se considera fiebre cuando la temperatura corporal supera los 38 grados Celsius. Siempre se debe medir la temperatura con un termómetro confiable, ya que los métodos tradicionales como tocar la frente pueden ser inexactos. Para los bebés menores de un mes, cualquier fiebre debe ser atendida de inmediato, ya que pueden ser indicios de una infección grave.
En el caso de los niños entre un mes y tres meses, hay que estar atentos si la temperatura supera los 39 grados Celsius o si se presentan signos de dificultad respiratoria o deshidratación. A partir de los tres meses, los padres pueden monitorear y controlar la fiebre en casa, utilizando métodos como toallitas con agua tibia, baños de 20 a 30 minutos con agua tibia y administrando paracetamol de acuerdo con las indicaciones del pediatra.
ADMINISTRACIÓN RESPONSABLE DE MEDICAMENTOS
Es fundamental seguir las recomendaciones del pediatra al administrar medicamentos para la fiebre infantil. El paracetamol es uno de los más comunes y se debe dar en la dosis adecuada, que suele ser la mitad del peso en centímetros o tres gotas por kilogramo de peso, cada 6 horas. Es importante mantener a los niños hidratados, en reposo y con una alimentación normal durante la fiebre.
Si los síntomas persisten por más de 2 o 3 días, sin asociarse a otros, es recomendable consultar nuevamente con el pediatra. Una de las recomendaciones clave de los pediatras es no automedicar a los niños. No se deben administrar antibióticos sin prescripción médica, ya que pueden causar efectos adversos o generar resistencia a los medicamentos.
El manejo efectivo de la fiebre infantil es crucial para el bienestar de nuestros hijos. Siguiendo los consejos y trucos de los pediatras, los padres pueden estar mejor preparados para enfrentar estas situaciones con tranquilidad y confianza, garantizando una atención adecuada y evitando complicaciones innecesarias. Recuerda, la clave está en la comunicación con el médico y la aplicación responsable de los tratamientos recomendados.
