jueves, 4 julio 2024

El panorama del crudo se pone ‘negro’ para Shell y BP

A la OCDE no le preocupa el abastecimiento de petróleo: es más, se espera que los mercados internacionales experimenten a medio plazo inundaciones de oferta, por lo que los gigantes del crudo lo van a tener ídem. Y es que la descarbonización de las economías avanzadas, junto con el surgimiento de nuevas potencias exportadoras, ya están poniendo en entredicho a ‘machos alfa’ del sector, como Shell y BP.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE), organismo adscrito a la OCDE, preconiza que para 2030 la sobreoferta podría alcanzar niveles no vistos desde los confinamientos por la pandemia de Covid-19. Siguiendo el abecé de la economía, vaticina que a este exceso de crudo le seguirá un hundimiento de los precios; una postura que contrasta con el optimismo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), convencida de que la fuerte demanda sostendrá el negocio.

En contraste, la AIE anticipa que el crecimiento de la demanda mundial se desacelerará en los próximos años a medida que avancen las transiciones energéticas y, además, la producción mundial de ‘oro negro’ aumentará, aliviando las tensiones del mercado e impulsando el exceso de capacidad.

EL CRUDO YA NO ES PATRIMONIO EXCLUSIVO DE LA OPEP

Una de las causas de que el ‘oro negro’ haya empezado a perder su brillo es que cada vez son más los invitados a la mesa del crudo. Hoy en día la OPEP, tradicional cártel cuasi-monopolístico del hidrocarburo, tiene que hacer frente a la competencia de exportadores de nuevo cuño como Guyana, Brasil o la mismísima primera potencia mundial, Estados Unidos, que se ha alzado como un coloso productor gracias a la extracción de petróleo de esquisto (fracking).

Además, la organización tiene que afrontar una competición más dura con bajas en su alineación. Los estados integrantes de la OPEP se han quedado en 12 tras las salidas de Indonesia en 2016, Qatar en 2019, Ecuador en 2020 y Angola este mismo año. El resultado es que la cuota del cártel en la producción mundial de crudo ha caído al 27%; en 2022 todavía era del 35%.

Por si todo esto fuera poco, las mejoras en exploración y las modernas técnicas de extracción hacen que países hasta ahora irrelevantes presenten su candidatura a potencias petroleras. Hace algunos años, fue detectado en aguas territoriales de Surinam un ciclópeo yacimiento que, una vez se hayan desarrollado las infraestructuras necesarias, multiplicará por 20 los actuales 10.000 millones de barriles diarios que produce la diminuta excolonia neerlandesa.

LA OPEP HA INTENTADO COMBATIR LA TENDENCIA BAJISTA DE LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO A TRAVÉS DE SUCESIVAS RESTRICCIONES EN LA PRODUCCIÓN DE CRUDO

La OPEP ha intentado ejercer un contrapeso a través de sucesivas restricciones en el suministro de crudo, encaminadas a mantener los precios y desvalorizar las técnicas de extracción alternativas, como el fracking. Asimismo, la organización utiliza su aparato de comunicación para oponerse a la marginación internacional de los combustibles fósiles y las formas limpias de energía, emitiendo informes que remarcan la importancia global del petróleo y patrocinando lobbies y cabilderos afines en las cumbres climáticas.

En contraste con esta postura oficial, los países del cártel se aplican en diversificar su economía ante el declive de su principal fuente de ingresos, ‘metiendo mano’ en los activos de las empresas más importantes del mundo. En España, los acercamientos de Arabia Saudí a Telefónica y de Abu Dhabi a Naturgy son buenos ejemplos.

SHELL Y BP SANGRAN DESCARBONIZACIÓN

La realidad del mercado de petróleo se está empezando a notar en los balances de las ‘grandes’ del sector: así lo demuestran los deslucidos resultados trimestrales de Shell y BP (la antigua British Petroleum), dos indiscutidas referencias en el mundo del crudo.

Shell registró un beneficio neto de 7.400 millones de dólares (unos 6.910 millones de euros) en el primer trimestre del año, una caída del 15% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior; mientras que la facturación del gigante petrolero anglo-neerlandés ascendió a 74.700 millones de dólares (unos 69.772 millones de euros), un 16% menos.

SHELL REGISTRÓ UNA CAÍDA DEL 15% EN SU BENEFICIO NETO DURANTE EL PRIMER TRIMESTRE DEL PRESENTE AÑO, MIENTRAS QUE EN EL CASO DE BP, EL ‘BATACAZO’ ALCANZÓ EL 75%

Los descensos se explican, según informó la propia compañía, por el adelgazamiento de los ingresos procedentes del negocio de exploración y producción de crudo (upstream en la jerga petrolera), que cayeron un 18%.

Lo de BP, por otra parte, ha sido un batacazo en toda regla. La multinacional británica registró un beneficio neto atribuible de 2.263 millones de dólares (2.100 millones de euros) de enero a marzo de este año, lo que representa una caída del 72,5% respecto a los tres primeros meses de 2023.

Los ingresos de la antigua British Petroleum sumaron 49.961 millones de dólares (46.384 millones de euros), un 12,3% menos; mientras que la deuda neta aumentó un 13%, hasta 24.015 millones de dólares (22.296 millones de euros).


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