Recientemente, en Los Ángeles se tomó una decisión que, sin dudas, cambiará el panorama educativo en las escuelas de California para siempre. Se trata de la prohibición del uso del teléfono por parte de los estudiantes en las aulas de clase, un asunto que parecía (y parece, en el resto del mundo) cada vez más normal; pero «normal» y «sano» no siempre son sinónimos.
Según un estudio reciente de stem4, una organización benéfica dedicada a estudiar y proteger la salud mental de los jóvenes, a 3 de cada 4 niños de hasta 12 años de edad no les gusta su cuerpo y se avergüenzan de él, sucediendo lo mismo con 8 de cada 10 adultos de 18-21 años. Datos como estos demuestran el gran impacto negativo que plataformas como las redes sociales pueden tener en sus usuarios más jóvenes, panorama que fue tenido en cuenta a la hora de tomar aquella histórica decisión en Los Ángeles.
2Una decisión que debería ser emulada internacionalmente
Así como en EE.UU. se están implementando medidas al respecto, en otros países como China también se han tomado decisiones que buscan restringir el acceso a redes sociales y juegos en línea principalmente para menores de edad; lo cual confirma que este asunto está pasando de ser una preocupación a ser una problemática internacional cada vez más preocupante.
No obstante, no todo depende de los gobiernos: los padres y madres de cada país son quienes más deben velar por la seguridad de sus hijos en línea, imponer restricciones y controlar el uso que los menores le dan al móvil. Si esto no sucede, jamás habrán medidas gubernamentales al respecto que merezcan la pena.