El doctor Ricardo J. Palomo considera que, a pesar de los vertiginosos avances a los que estamos asistiendo, la Inteligencia Artificial (IA) aún está en el paleolítico tecnológico, al igual que sus aplicaciones en el campo de la energía. Sin embargo, su potencial en este área es infinito, asegura el docente, hasta el punto de que que optimizará «procesos que ni siquiera existen todavía».
Palomo es catedrático de Economía Financiera y decano de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad San Pablo-CEU, donde también es delegado de la Rectora para Transformación Digital. Asimismo, desempeña la labor de director del Observatorio Metaverse I+D Community Lab, en el seno de la misma institución.
Según un reciente estudio, solo el 9% de las empresas aprovecha el potencial de la Inteligencia Artificial para aumentar la eficiencia de su consumo energético, pero un 75% de directivos reconoce su potencial en este área. El profesor explica que este desfase se debe al aún bisoño desarrollo de las mentes computerizadas.
LA IA, EN EL JARDÍN DE INFANCIA
«La IA lleva muy poco tiempo con nosotros, estamos en la edad de piedra de la Inteligencia Artificial» -comenta a MERCA2 en una entrevista personal– «Además, las instalaciones que tenemos no se cambian todos los días; las empresas tienden a creer que algo más avanzado está a las puertas, por lo que postergan las decisiones. Es completamente normal, por tanto, que el nivel de penetración todavía sea bajo».
Según la evaluación de nuestro interlocutor, la relación entre la IA y los procesos de eficiencia energética está ahora mismo «en la fase de análisis, predicción y adaptación». Su mayor potencial en este aspecto, por el momento, es poner orden y sacar el máximo partido de los datos de consumo y producción extraídos. «Lo que hace falta es que la IA empiece a aprender de comportamientos y picos de demanda, de optimización», explica.
«Vemos que van habiendo aplicaciones para tareas específicas, pero lo que queremos es algo integrado» -continúa- «Los seres humanos somos totalmente dependientes energéticamente, por lo que la energía es un campo idóneo para aplicar todo tipo de soluciones de ahorro; y el dinero que ahorramos significa productividad».
