Receta de pollo al ajillo, un clásico de la cocina española

La receta de pollo al ajillo es un clásico que no puede faltar en tu repertorio culinario. Con ingredientes simples y un sabor inigualable, este plato se ha ganado un lugar especial en los corazones y mesas de muchos. ¿Quieres aprender a preparar el mejor pollo al ajillo y sorprender a tus seres queridos? Sigue leyendo y descubre todos los secretos para lograr un resultado espectacular. Aprende a preparar el clásico pollo al ajillo El pollo al ajillo es un emblema de la cocina española, un plato que ha conquistado paladares en bares y restaurantes de todo el país. Tanto como tapa como sugerencia en la mesa, es raro encontrar un lugar que no lo ofrezca en su carta. Esta receta es tan tradicional y querida que ha pasado de generación en generación, evocando recuerdos de infancia y comidas familiares. El protagonista indiscutible de este plato es el pollo, aromatizado con hierbas y, por supuesto, con ajo. La carne de pollo es baja en grasa, fácil de digerir y de gran valor nutricional, lo que la convierte en una opción ideal para cualquier comida. Además, el pollo es increíblemente versátil y se puede preparar de mil maneras diferentes. Esta receta de pollo al ajillo nos transporta a la infancia, a esos domingos en los que preparar algo sencillo pero delicioso para toda la familia era una tradición. Recuerdo especialmente cuando mi abuela Lucrecia nos regalaba un pollo de corral, alimentado de manera natural. El resultado era un plato exquisito, con una salsita de la fritura que combinaba ajo picado y un toque de vinagre para los más atrevidos. Mojar un buen trozo de pan en esa salsa era una delicia que convertía la comida en una auténtica fiesta. Ingredientes: 1 pollo troceado 6-8 dientes de ajo Aceite de oliva virgen extra Sal y pimienta al gusto Hierbas aromáticas (tomillo, romero) Un chorrito de vinagre (opcional) Instrucciones: Preparación del pollo: trocea el pollo en partes iguales y sazónalo con sal y pimienta. Deja reposar durante unos minutos para que absorba bien los condimentos. Cocción del ajo: pela los dientes de ajo y córtalos en láminas finas. En una sartén grande, calienta aceite de oliva virgen extra a fuego medio y añade los ajos. Fríelos hasta que estén dorados, pero sin que se quemen. Cocción del pollo: añade el pollo troceado a la sartén con los ajos dorados. Cocina a fuego medio-alto, removiendo de vez en cuando para que se dore por todos los lados. Aromatización: añade las hierbas aromáticas a la sartén y un chorrito de vinagre si deseas darle un toque especial. Cocina a fuego lento hasta que el pollo esté bien cocido y la salsa se haya reducido. Servir: sirve el pollo al ajillo caliente, acompañado de pan para disfrutar de la deliciosa salsa. Con esta receta, no solo disfrutarás de un plato delicioso, sino que también conectarás con una tradición culinaria que ha perdurado a lo largo del tiempo. ¡Anímate a prepararla y sorprende a todos con el auténtico sabor del pollo al ajillo! Tips para un pollo al ajillo Calidad del pollo: utiliza un pollo de corral para un sabor más auténtico y nutritivo. Ajos dorados, no quemados: fríe los ajos con cuidado para evitar que se quemen y amarguen el plato. Vino adecuado: elige un buen vino de Jerez o un vino blanco de calidad para enriquecer el sabor de la salsa. Hierbas frescas: las hierbas aromáticas frescas como el romero y el tomillo aportan un aroma y sabor excepcionales. Con esta receta, disfrutarás de un clásico de la cocina española en su máxima expresión. Fácil de preparar y lleno de sabor, el pollo al ajillo es perfecto para cualquier ocasión. ¡Sorprende a tus comensales con este delicioso plato y haz que cada comida sea un momento especial! ¿Cómo hacer el pollo al ajillo ideal? Trocear y limpiar: al comprar el pollo, pide al carnicero que lo trocee. Ya en casa, limpia bien los trozos, eliminando restos de grasa y retirando la piel, salvo en las alitas. Aunque quitar la piel es opcional, considero que su eliminación reduce el exceso de grasa en el plato. Salpimentar: salpimienta ligeramente los trozos de pollo para que vayan absorbiendo el sabor mientras preparas el resto de ingredientes. Al cocinar el pollo Calentar el aceite y aromatizar: en una cazuela ancha, calienta abundante aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade los ajos sin pelar y cocina, estando pendiente de que no se quemen. La idea es que los ajos se caramelicen y aromatizan el aceite. Después de unos 5 minutos, cuando los ajos estén blanditos, retíralos y resérvalos. Freír el pollo: añade los trozos de pollo a la cazuela con el aceite aromatizado, junto con la hoja de laurel, la rama de romero y el tomillo. El pollo debe quedar bien frito, lo cual llevará unos 15 a 20 minutos. Dale la vuelta a los trozos de vez en cuando para asegurar que se doren por todas partes. Cocción Adecuada: El objetivo no es solo dorar y sellar el pollo como en un guiso, sino conseguir que quede perfectamente cocinado y tierno por dentro, y tostadito por fuera. Esto requiere paciencia y atención para lograr ese punto crujiente externo y jugoso interno que caracteriza al pollo al ajillo perfecto. Consejos para un resultado perfecto Aceite de calidad: utiliza aceite de oliva virgen extra para un sabor auténtico y saludable. Caramelización de los ajos: cocina los ajos a fuego medio, evitando que se quemen para no amargar el plato. Hierbas frescas: el romero y el tomillo frescos aportan un aroma inigualable al pollo. Siguiendo estos pasos detallados, lograrás preparar un pollo al ajillo que hará las delicias de todos. La combinación de un pollo bien limpio, adecuadamente salpimentado, y cocinado con ajos caramelizados y hierbas aromáticas, resulta en un plato tradicional español exquisito. Sirve este pollo al ajillo con un buen trozo de pan para disfrutar de toda la deliciosa salsa y sorprende a tus comensales con esta receta clásica y llena de sabor. Últimos pasos de la cocción Reducir el exceso de aceite: cuando la carne esté casi lista y bien dorada, retira el exceso de aceite de la cazuela. Esto ayudará a evitar que el plato sea demasiado grasoso y permitirá que los sabores se concentren mejor. Agregar los ajos y el vino: añade de nuevo los ajos reservados y vierte el vino. Sigue cocinando la carne hasta que el vino se haya reducido casi por completo, dejando una salsa espesa y llena de sabor. Elección del vino: si no tienes vino de Jerez, puedes utilizar cualquier otro vino blanco de calidad que tengas en casa, como un Albariño o un Godello. Aunque el Jerez le da un toque particular, estos otros vinos también funcionarán estupendamente. Presentación del plato Servir y decorar: sirve el pollo al ajillo caliente, decorado con un poco de perejil picado o cilantro por encima para darle un toque fresco y de color. Añadir la salsa: asegúrate de echar un poco de la salsa que queda en la cazuela sobre el pollo. No olvides acompañarlo con un buen pedazo de pan para mojar en esta deliciosa salsa de pollo, vino y ajo. Consejos para un pollo al ajillo perfecto Mantén la jugosidad: si el pollo queda un poco seco, puedes añadir un poco de caldo de pollo además del vino blanco. Esto ayudará a mantener la carne jugosa y llena de sabor. Cocción sin piel: el pollo se cocina sin piel excepto las alitas. Si prefieres dejar la piel, asegúrate de que quede bien crujiente, ya que la grasa que soltará en la salsa también aportará mayor sabor. No necesitas harina: algunas personas pasan el pollo por harina antes de freírlo para sellarlo, pero en esta receta no es necesario. Esto evitará que el pollo absorba más aceite del necesario. Toque de vinagre: si te gusta el toque ácido, añade un chorrito de vinagre al final de la cocción. Es opcional, pero puede darle un sabor extra interesante. Guarniciones que combinan El pollo al ajillo se presta a ser acompañado de diversas guarniciones que complementen su sabor. Aquí algunas opciones: Ensalada mixta: para equilibrar el plato, una ensalada mixta es una opción fresca y ligera. Patatas fritas, panadera o a lo pobre: estas opciones son clásicas y deliciosas, perfectas para absorber la salsa. Champiñones guisados con guisantes: otra guarnición sabrosa y nutritiva. Arroz blanco o puré de patatas: sencillo y siempre efectivo. Patatas al microondas: una opción baja en grasa que hemos preparado varias veces en el blog y que va muy bien con este plato. Disfruta de un clásico Esta receta de pollo al ajillo es una auténtica "recetaza" de mi madre. Te animamos a probarla en casa y disfrutar de este clásico de la cocina española. Con su combinación de sabores intensos y su preparación sencilla, seguro que se convertirá en una de tus favoritas. ¡Buen provecho!

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