«Masterchef me cambió la vida. Estaba algo desorientado y me dio una segunda oportunidad«, comenta Izaguirre desde su hogar, entre pausas de la próxima novela que está escribiendo. Agradece especialmente a Macarena Rey, directora del programa, por insistir a través de su esposo, Rubén, para que concursara en la tercera edición en 2018. Esta experiencia lo llevó a participar en dos ediciones más y a embarcarse en proyectos como «Lazos de Sangre», «Prodigios» y «Desmontando la Historia».
Recuerda que le costó aceptar participar en Masterchef “porque aunque me gusta comer bien, apenas sabía cocinar«, afirma el periodista. «Además los estadounidenses no son nada flexibles y yo tenía en Miami un contrato”. Pero la propuesta le parecía muy tentadora por lo que decidió tomar clases con un chef: “Contacté con un maestro arrocero, tío de Alejandra, la mujer de Richard Gere. Me enseñó a preparar guisos, tortillas incluso a deshuesar un pollo”.
1Boris y Masterchef son el uno para el otro
«Empecé muy torpe«, reconoce. «Pero a medida que vas superando pruebas y aprendes a lidiar con los platos, poco a poco descubres cosas sobre ti, y esa es la magia de Masterchef. En el fondo, realizar un programa es como elaborar un menú: hay que organizarse, hay que dar un entrante, algo picante, algo dulce, y mantener el nivel». Además Boris añade: ‘Creo que cocinar es parecido a escribir una novela. Tienes todos los ingredientes, pero no sabes dónde te llevará‘.
Ahora, además de sus colaboraciones televisivas y escritas, está inmerso en un proyecto de novela. ‘Empecé a escribir para mi propio placer, algo insólito, pero una vez más el oficio termina apoderándose de uno y escribo para mis personajes, porque hasta que no los tengo no considero que estoy escribiendo, y hasta que no he completado la página 80 tampoco creo que hay novela.
Este fue un consejo que me dio hace años Luis Racionero’, sentencia Izaguirre, que desvela que lleva 67 folios. Pero sobre todo le gusta leer. ‘Un escritor antes fue lector’, dice. Y ‘cada vez con más frecuencia’ disfruta releyendo clásicos como ‘El manantial’ de Ayn Rand, el libro que tiene ahora entre manos.»
Al partiicpante de Masterchef también se le pregunta a menudo acerca de sus amistades, desde Isabel Preysler hasta Loles León, pasando por Eugenia Martínez de Irujo, Gonzalo Miró, Tamara Falcó o Eduardo Mendoza. «Me molesta que me pregunten por ellos, pero solo por un instante, porque entiendo que forma parte de mi personalidad», señala. Destaca que el nexo de unión fue Elena Benarroch, quien los invitaba a su casa. «Allí los conocí a todos ellos, junto con Terenci Moix, Miguel Bosé, Concha Velasco… yo recién llegado de Caracas y muchos de ellos eran como íconos para mí».
En Caracas, Boris dejó atrás a su adinerada familia, donde él y sus hermanos crecieron entre libros y danza clásica. «Mi padre siempre estaba leyendo con una copa de whisky en la mano. En aquella época, Venezuela era el segundo país más bebedor de whisky del mundo después de Escocia«, recuerda. Quizás ese recuerdo de la infancia fue lo que lo llevó a aceptar la propuesta de Dyc para visitar su destilería en Palazuelos de Eresma y explorar los alrededores con una experiencia disponible los fines de semana.
Boris Izaguirre: «Mi paso por MasterChef me aseguró diez años más de carrera, que la estoy disfrutando ahora«, Izaguirre comenta que su paso por el programa culinario fue un papel enorme en su vida, ya que gracias a esa oportunidad regreso a España, a la televisión y a encontrarse consigo mismo, «fue un momento determinante. Quizás porque estaba un poco desnortado. Eso suele suceder en carreras como las mías, que han estado tan apoyadas en el azar y en ver un poco a dónde nos lleva la corriente, pero la verdad es que la corriente en ese momento se volvió remolino, me desnorté y MasterChef me reorientó y me trajo de vuelta, y realmente tuvo un efecto milagroso en mí» Comentó el participante de masterchef.