“La naturaleza mandó a la mujer a servirnos” decía el emperador francés Napoleón Bonaparte, lo cual es un pequeño —gran— indicio de la complicada relación y percepción que tenía hacia las mujeres, pues sí: el emperador francés era un misógino y no se molestaba en ocultarlo.
Según Bonaparte, las mujeres estaban destinadas a cumplir ciertas funciones en específico, las cuales destacaba en el sexo femenino. Más allá de eso, solo consideraba que debían seguir ‘sus reglas’. En este artículo te contamos los detalles sobre la polémica relación de Napoleón con las mujeres.
La opinión misógina que tenía Napoleón sobre las mujeres
“Conviene que las mujeres no pinten nada en mi corte”. “Las mujeres no son nada más que máquinas de producir hijos”. Estas son solo algunas de las inconcebibles citas que demuestran la poca valoración que sentía Napoleón Bonaparte hacia el género femenino.
Una de las pocas virtudes que destacaba Napoleón Bonaparte de las mujeres era su capacidad para la diplomacia. Es decir que el emperador francés consideraba a las mujeres valiosas siempre y cuando cumplieran sus intereses, y el más grande que tenía: buscar a un heredero legítimo, su mayor prioridad.
Quienes fueron las amantes de Napoleón
Para nombrar al amor “más importante” de Napoleón, debemos mencionar a Josefina, su primera esposa. La emperatriz contaba con una dama de compañía, llamada Claire de Rémusat, que se convirtió en confidente de la emperatriz. Según un informe de National Geographic, en sus memorias, Madame de Rémusat pinta un retrato nada halagüeño de la pareja imperial, especialmente del emperador, un hombre obsesionado con la continuidad de su dinastía que buscaba en las mujeres, por encima de todo, un heredero legítimo.
Tenemos que destacar que más allá de sus disgustantes percepciones y opiniones sobre las mujeres, Napoleón estuvo muy enamorado de Josefina al inicio de su relación y que, en los primeros tiempos, se trataba casi de un amor no correspondido por parte de ella. Esta relación fue cambiando a lo largo de los casi 14 años de matrimonio (se casaron en 1796 y se divorciaron en 1810), especialmente desde que Napoleón se proclamase emperador en 1804.
Está en claro entonces el verdadero interés de Napoleón Bonaparte sobre el género femenino: la búsqueda de un heredero legítimo, es así que se explica su pensamiento textual de “Las mujeres no son nada más que máquinas de producir hijos”. Sin dudas, un dato poco conocido del antiguo emperador frances.
