La historia detrás de La Sirenita que mezcla tragedia con un amor homosexual

La Sirenita es uno de esos grandes clásicos que conocimos por su adaptación de Walt Disney Pictures, pero la verdad es que este cuento no es originalmente de la gran empresa de entretenimiento y, de hecho, tiene una historia completamente distinta.

El verdadero autor del cuento clásico se llamaba Hans Christian Anderson, quien publicó el libro de La Sirenita en el año 1837, causando furor en la crítica por las diferentes interpretaciones que le dieron los analistas a la trágica historia. En este artículo te contamos sobre ella.

El romance homosexual que —se dice— sirvió de inspiración para La Sirenita

Hay fuertes rumores de que el autor de la historia original del clásico, La Sirenita, tenía un enamoramiento muy fuerte por Edvard Collin. Los cuentos de Hans Christian Andersen serían el refugio de sus penas, una forma de recurrir a la literatura, personajes ficticios y las metáforas para ilustrar su realidad: un amor no correspondido.

Un ejemplo importante de las metáforas a las que recurrió Anderson en su cuento: el hecho de que La Sirenita deba convertirse en otro ser para que el príncipe se enamore de ella, haciendo alegación a que él, Hans, debía ser otra persona —ser mujer— para que su amor pudiese ser correspondido.

En el libro Hans Christian Andersen’s Correspondence, ed. Frederick Crawford (London: Dean & Son, 1891), se hace referencia a las cartas que Andersen se mandó con Edvard Collin. En estas cartas habrá fragmentos que dejan en evidencia cómo era su relación. Además, a pesar de que nunca fue correspondido (ni con mujeres), Hans enfrentó grandes frustraciones por no tener una relación duradera. “Languidezco por ti como por una joven calabresa… mis sentimientos por ti son como los de una mujer. La feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad deben permanecer en secreto”, escribió Hans en sus cartas.

La verdadera historia de La Sirenita

La historia detrás de La Sirenita que mezcla tragedia con un amor homosexual

Originalmente, la Sirenita descrita por Andersen no estaba destinada a acabar con el Príncipe. Su amor, aunque incondicional, se vería reemplazado por el de otra mujer, demostrando que la intensidad de los sentimientos no es un motivo de peso para la reciprocidad.

En este cuento, la sirena hace un pacto con la Bruja del mar, quien le corta la lengua salvajemente a cambio de un par de piernas. Por si quedarse muda no fuera ya suficiente castigo, cada paso que daba se sentía como un andar sobre cuchillas. Una condena que aceptó, aferrándose a la idea de compartir su vida con el Príncipe. Este pareció encantado con ella por un tiempo, pero no la elegiría como esposa. Esto último, dicen, fue una referencia al hecho de que Collin se hubiera casado con su mujer. Sin dudas, un episodio triste para la vida de Hans.