viernes, 5 julio 2024

Un hombre se convirtió en buzo para encontrar a su esposa perdida en el mar diez años atrás

Es verdad que el amor puede superar cualquier frontera y océano —en ese caso, literalmente— pues se trata de la historia de Yasuo Takamatsu, un hombre japonés que se volvió buzo para emprender una ardua búsqueda de su esposa.

Su amada había desaparecido diez años atrás, pero ni el paso del tiempo pudo detener las ganas de Takamatsu de encontrar a su esposa. El emotivo caso se hizo reconocido por todo el mundo y en este artículo te lo contamos.

Yasuo Takamatsu, el hombre que bucea para buscar a su esposa

Yasuo Takamatsu tiene 63 años y desde diez años, y con mucho entrenamiento, bucea en el océano Pacífico para encontrar algún rastro de Yuko, su mujer. En su ardua misión lo acompaña la esperanza de otro hombre que mantiene la fe de hallar a su hija.

La trágica desaparición de la mujer, se produjo con el Tsunami del 2011, es que la zona en la que vivía la familia de Yasuo Takamatsu, fue una de las más afectadas por el fenómeno natural. «Los edificios habían sido arrancados de sus cimientos», había expresado para un medio local Yanamaka, describiendo la escena que presenció cuando llegó a Onagawa, su pueblo. «Un tren fue arrastrado hacia la colina lejos de la estación».

Las conmovedoras declaraciones de Yasuo sobre su amada

Un hombre se convirtió en buzo para encontrar a su esposa perdida en el mar diez años atrás

Takamatsu está atormentado por el mensaje que, dice, le envió Yuko. “Tengo la sensación de que ella todavía quiere volver a casa”, expresó el hombre, y luego agregó: “Me hubiera gustado haber ido a recogerla al banco después del terremoto, pero todavía no estoy seguro de cuál habría sido la decisión correcta. La alerta de tsunami nos dijo que nos mantuviéramos alejados de la costa, y si hubiera bajado a recogerla, lo más probable es que el tsunami también me hubiera matado. Pero al mismo tiempo, desearía haber ido y salvarla”.

Su increíble misión para llevar a cabo la búsqueda inició hace algunos años, cuando vio a buzos de la Guardia Costera japonesa buscando los restos de los desaparecidos. En este momento se le ocurrió una gran idea: podría hacer lo mismo y tal vez traer a Yuko a casa. “Así que aprendí a bucear. Sentí que algún día podría encontrarla si seguía buceando”, dice el hombre.

Lo que tranquilamente podría ser la sinopsis de una emotiva película de romance, es una realidad, y es uno de los tantos casos de búsquedas desesperadas que dejó el terremoto desenvuelto en Japón en el año 2011.


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