BBVA ha reducido su autocartera del 1,41% al 0,21%, como consecuencia, principalmente de la amortización de 74,6 millones de acciones adquiridas en su último programa de recompra, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El banco controla un total de 12,6 millones de acciones propias, un 0,037% de forma directa y un 0,18% de manera indirecta a través de Corporación General Financiera, participada, a su vez, en un 100% por la entidad.
EL ANUNCIO DE BBVA
El pasado viernes, BBVA anunciaba la reducción de su capital social en un 1,28% mediante la amortización de los 74,6 millones de acciones que adquirió en su recompra, finalizada el pasado mes de abril.
En total, ha reducido su capital social en 36,5 millones de euros, de tal forma que el capital del banco ha quedado fijado en 2.824 millones de euros, representado por 5.763 millones de acciones.
La reducción supone una ejecución parcial del acuerdo de la junta de accionistas, adoptado el 15 de marzo de 2024, y que permite una reducción de hasta el 10% del capital social de BBVA. Por tanto, quedaría pendiente de dicho acuerdo un importe nominal de reducción de capital del banco de 249,4 millones de euros, correspondiente a 509,1 millones de acciones.
BBVA-Banco Sabadell es una fusión que interesa en el mercado, que bendice el BCE, pero que rechaza el Gobierno que preside Pedro Sánchez. Si tiene éxito, sería probablemente la última gran operación de fusión y adquisición en España en lo referido a la banca, ya que sólo quedarán tres grandes actores que, salvo sorpresa, no van a intentar unirse y que no tienen fácil encaje con el resto que queda.
LA OPERACIÓN BBVA- BANCO SABADELL
Para que llegue la fusión, primero tiene que triunfar la opa hostil y luego, en última instancia, obtener el sí del Gobierno a la fusión. La opa de BBVA sobre Banco Sabadell tendrá ganadores y perdedores, lo mismo que la fusión, si triunfa el movimiento hostil de la entidad que preside Carlos Torres Vila sobre el banco de origen vallesano. Esta operación tiene muchos capítulos aún por ver, entre otros el de los accionistas minoritarios del banco de origen vallesano que preside Josep Oliu.
En el caso de la operación BBVA-Banco Sabadell, lo primero es que la opa reciba todas las autorizaciones y salga adelante. Luego tienen que convencer a los accionistas (minoritarios 47% e institucionales 53%) con una oferta sin efectivo y con 1 acción por cada 4,83 de Banco Sabadell.
LO QUE VE EL MERCADO
El mercado ve difícil que haya fusiones a lo grande si se produce la de BBVA con Banco Sabadell. «Por ahora, a la espera de lo que ocurra con la fusión de BBVA y Sabadell, no contemplamos ninguna fusión más, excepto sorpresa o imposición (desde la sombra) por parte del BCE en su objetivo de Obviamente, si sale adelante la fusión se irán reduciendo las posibilidades de nuevas operaciones corporativas entre los grandes. No veo fusiones entre los tres grandes (BBVA, CaixaBank y Santander), pero sí que podríamos ver integraciones con las entidades más pequeñas que quedan todavía, entre ellas o con alguno de los grandes».
EL MERCADO VE DIFÍCIL QUE HAYA FUSIONES A LO GRANDE SI SE PRODUCE LA DE BBVA CON BANCO SABADELL
«Nunca se puede hablar de que no habrá más fusiones en el sector. De la magnitud de esta las probabilidades son pocas, sobre todo por un tema de concentración de negocio que pueda suponer un problema a futuro», apunta Nuria Álvarez, de Renta 4. “Hay que tener en cuenta que las fusiones no son la respuesta a todo. Lo importante de una fusión es que tenga sentido estratégico y sobre todo que no suponga un esfuerzo en capital importante, que es algo que consideramos el mercado no recoge bien. «Por tanto, las opciones para el resto dependerá de la evolución del negocio a futuro, la adaptabilidad de cada entidad a la nueva forma de hacer banca y al nuevo entorno que vaya quedando en el proceso de concentración», remarca.
La fusión BBVA-Banco Sabadell cerraría, a prori, las grandes fusiones, unas operaciones en las que abrió fuego el Banco Bilbao, de Jose Ángel Sánchez Asiaín, con el Banco Vizcaya, de Pedro Toledo, en noviembre de 1987. Nació así el BBV; luego vino el Banco Central-con el Banco Hispano-Americano (1991), después Banco Santander se fusionó con el Central-Hispano y nació el BSCH (enero de 1999) -luego ya solo Santander-, mientras que el BBV de Emilio Ybarra se fusionó con Argentaria en octubre de 1999, dando lugar a BBVA.
Con la crisis del sector financiero en los 2000 se redujo aún más el mapa bancario. Se pasó de 55 bancos y cajas de ahorros a apenas diez entidades en poco más de una década. La concentración de la banca española a través de fusiones y absorciones ha sido imparable desde la crisis financiera de 2008 y ha transformado radicalmente el mapa financiero del país. La posible fusión entre BBVA y Sabadell volvería a reactivar ese proceso tras un parón de tres años. La más importante de esas operaciones ―se produjeron trece movimientos que afectaron a 35 bancos y cajas de ahorros― fue la formación de Bankia, una agrupación de siete cajas que fue rescatada y nacionalizada en 2012.