El origen de este plato se remonta a los tiempos de la Cuba colonial, cuando los españoles introdujeron el arroz en la isla tras colonizarla. A medida que se asentaron en la región, combinaron el arroz con otros ingredientes locales, como el huevo frito, la salsa de tomate y el plátano. La costumbre de añadir plátano frito a la mezcla fue una innovación culinaria que se integró con los sabores tradicionales de la isla. Aunque este plato es una fusión de influencias españolas y locales, los cubanos no lo consideran como parte de su gastronomía nativa, a pesar de su arraigo en la cultura culinaria de la región.
1UNA RECETA ECONÓMICA PERO EXQUISITA
Este clásico y modesto entrante ofrece una explosión de sabores y texturas que lo hacen único. El plátano aporta un contrapunto dulce que contrasta maravillosamente con la textura crujiente de la puntilla de la clara de huevo, la cremosidad de la yema, la jugosidad del arroz y la sutil acidez del tomate. Es un éxito seguro que se puede elaborar de manera rápida y sencilla con ingredientes comunes que generalmente tenemos en nuestra despensa.