Los gazpachos manchegos son una de las recetas tradicionales más queridas de la región de Castilla. Aunque cuando pensamos en gazpacho, generalmente nos viene a la mente la versión andaluza con tomate, pimiento, ajo y pepino, la variante manchega es una deliciosa sorpresa.
Se trata de una sopa reconfortante y sustanciosa, con una base de pan de pueblo remojado en caldo de carne. Las carnes que se utilizan varían, pero comúnmente se incluyen trozos de pollo, conejo, cordero o incluso perdiz, lo que le aporta un sabor único y lleno de matices.
Además de las carnes, se suelen añadir otros ingredientes como chorizo, jamón, huevo duro y, en ocasiones, champiñones o setas, que contribuyen a enriquecer aún más su sabor y textura. Todo esto se cocina a fuego lento para que los sabores se integren a la perfección.
7MEZCLAR CON EL GUISO
Añade los trozos de torta horneada al guiso de gazpacho manchego. Deja que los trozos de torta se cocinen junto con el guiso a fuego medio-bajo durante unos minutos, hasta que absorban parte del caldo y se ablanden ligeramente. La torta actuará como un elemento que absorbe los sabores del guiso. Tendrás un delicioso gazpacho manchego con la torta cenceña integrada, listo para ser disfrutado.