Los gazpachos manchegos son una de las recetas tradicionales más queridas de la región de Castilla. Aunque cuando pensamos en gazpacho, generalmente nos viene a la mente la versión andaluza con tomate, pimiento, ajo y pepino, la variante manchega es una deliciosa sorpresa.
Se trata de una sopa reconfortante y sustanciosa, con una base de pan de pueblo remojado en caldo de carne. Las carnes que se utilizan varían, pero comúnmente se incluyen trozos de pollo, conejo, cordero o incluso perdiz, lo que le aporta un sabor único y lleno de matices.
Además de las carnes, se suelen añadir otros ingredientes como chorizo, jamón, huevo duro y, en ocasiones, champiñones o setas, que contribuyen a enriquecer aún más su sabor y textura. Todo esto se cocina a fuego lento para que los sabores se integren a la perfección.
5PREPARAR LA TORTA CENCEÑA
Mientras el guiso está en proceso de cocción, puedes preparar la torta cenceña, En un recipiente grande, coloca la harina y forma un hueco en el centro. Agrega poco a poco el vaso de agua con sal al hueco mientras mezclas con una cuchara o con las manos. Continúa mezclando hasta que todos los ingredientes se integren y se forme una masa homogénea. Es posible que necesites ajustar la cantidad de agua o harina para lograr la consistencia adecuada.
Después de obtener la masa, forma una bola con ella y colócala sobre una superficie enharinada. Usa un rodillo para estirar la masa hasta obtener una torta fina y redonda, del grosor deseado. Esta torta cenceña se utilizará más tarde como base en el gazpacho manchego para absorber los sabores del guiso.