La Casa Blanca destaca que la medida reducirá y eliminará la dependencia de Rusia para la energía nuclear
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha promulgado este lunes la ley que prohíbe la importación de uranio procedente de Rusia, después de que el Congreso estadounidense diera su aval a la medida como represalia por la invasión rusa de Ucrania.
La medida, que fue aprobada por unanimidad, implica la prohibición de estas importaciones durante un periodo de 90 días tras su firma y también supone la entrega de unos 2.700 millones de dólares (unos 2.530 millones de euros) para el desarrollo de la industria nacional de desarrollo de uranio.
No obstante, incluye exenciones que permiten las importaciones de uranio poco enriquecido desde Rusia previa determinación de que no existe una fuente alternativa para el funcionamiento de los reactores nucleares del país o de la empresa de energía establecida en territorio estadounidense.
«Hoy, Biden ha promulgado una serie histórica de acciones que fortalecerán la seguridad energética y económica de nuestra nación al reducir (y en última instancia eliminar) nuestra dependencia de Rusia para la energía nuclear civil», ha declarado el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a través de un comunicado.
En este sentido, ha considera que «esta nueva ley restablece el liderazgo de Estados Unidos en el sector nuclear, al tiempo que «ayuda» a proteger el sector energético «para las generaciones venideras. Además, ha considerado que el paquete financiero asignado «impulsará una nueva capacidad de enriquecimiento» en el país y «enviará un mensaje claro a la industria de que estamos comprometidos con el crecimiento a largo plazo del sector».
«Esta ley también cumple con los objetivos multilaterales que hemos establecido con nuestros aliados y socios, incluido el compromiso de invertir colectivamente 4.200 millones de dólares para ampliar la capacidad de enriquecimiento y conversión en nuestros países. Me enorgullece decir que con estos fondos hemos superado con creces esa promesa», ha manifestado Sullivan.
Por último, ha aprovechado la ocasión para destacar la «cooperación bipartidista», que «demuestra el impacto e innovación que se puede lograr». «Continuaremos trabajando juntos para hacer realidad nuestros objetivos en seguridad climática y energética», ha concluido.
ATAQUE AL MERCADO MUNDIAL
De su lado, el embajador de Rusia en Washington, Anatoli Antonov, ha afirmado este martes que la prohibición de Estados Unidos a la importación de uranio ruso «no solamente» es un «ataque» contra Rusia, «sino también contra el mercado mundial» del combustible de uranio y ha afirmado que «altera» el equilibrio entre exportadores e importadores.
La Administración (de Joe Biden) continúa la línea fallida de infligirnos una derrota económica (…) Sin suficiente capacidad nacional de enriquecimiento, Washington está dañando su economía. Además, las pérdidas financieras para EEUU serán mucho mayores que para Rusia», ha indicado en declaraciones a la prensa.
Antonov ha aseverado que «lo principal para los estrategas locales es dañar» a Rusia, mientras que «se ignoran los intereses de los consumidores por las materias primas rusas de alta calidad y altamente competitivas». «También es importante que sin nuestros productos de uranio muchos de los tan cacareados proyectos ‘verdes’ puedan fracasar», ha declarado.
En este sentido, ha afirmado que «la política de sanciones del Gobierno no produce los resultados deseados», ya que, según apunta, «la vida ha confirmado que la economía rusa está preparada para cualquier desafío y responde rápidamente a las dificultades que surgen» y «así será también esta vez.
«No será posible poner de rodillas a las empresas de perfil nacional. Simplemente acelerarán la implementación de numerosos proyectos en otros países, de forma igualmente fiable, segura y rentable», ha concluido el diplomático ruso.