Bajan revueltas las aguas en la derecha mediática a cuenta de la publicación del libro ‘Dentro de la fachosfera. La izquierda puede estar tranquila’ (SND Ediciones) recién publicado por el periodista Josué Cárdenas, que ejerce como presentador de espacios televisivos en Periodista Digital y colabora en tertulias de Telemadrid e Informa Radio.
Adoptando un lenguaje abiertamente insultante, Cárdenas abre fuego amigo contra compañeros y excompañeros de trabajo, amén de realizar unos singulares análisis sobre medios y periodistas del centro-derecha o la extrema derecha.
Del juicio sumarísimo no se libran periodistas como Ketty Garat («presuntuosa» y «altiva» según el tertuliano de ‘Buenos días, Madrid’), Javier Donzé («tonto de capirote» y «sujeto vomitivo») o Guadalupe Sánchez, de la que dice que es «fea como un demonio». «Si la cara es el espejo del alma, menuda alma», apostilla.
FACHOSFERA, JOSUÉ CÁRDENAS CONTRA JAVIER NEGRE Y VITO QUILES
Cárdenas sostiene que Okdiario podría estar financiado por Florentino Pérez; del director de Voz Pópuli, Paco Rosell, señala que es «un pan sin sal», «sieso» y «plomizo»; y sobre Hugo Pereira (Es Diario) opina que tiene «ínfulas de Napoleón» y es «amigo con derecho a roce» de «todo el paquete ideológico woke» pese a que en el pasado tuvo simpatías con Franco, asegura.
Al menos Pereira, según el colaborador de Periodista Digital, «no es un impresentable ni maleducado» como Vito Quiles (Estado de Alarma), al que tilda de «farsante de mucho cuidado» y de hacer «flaco favor a la derecha mediática».
Quiles es acusado en el libro de ser «un analfabeto funcional», «provocar escándalos» en el Congreso contra políticos progresistas e independentistas y lo tilda de «guaperas» que intentó ligar con becarias o alardear en directo de «la chica que se había ligado el día anterior».
El jefe de Quiles y su exjefe, Javier Negre, también sale malparado por ‘Dentro de la Fachosfera’. A Negre le acusa de promover que sus trabajadores no tengan horarios y de practicar «vejaciones» contra su plantilla: «Nos instruyó en el alejamiento del comportamiento del funcionario». «Trabajar en Estado de Alarma se asemeja al sacerdocio. Con sueldos parecidos a los curas, por cierto», añade en el libro prologado por su jefe Alfonso Rojo.
Sobre la extinta 7NN, para la que ejerció como cronista parlamentario en el Congreso, también tiene una pésima opinión sobre su gestión. Y sobre una tertulia del canal, ‘La Alternativa’, añade: «Lo más feo de todo fue utilizar lasa relaciones afectivas con ciertas tertulianas para traerlas con más frecuencia. Teresa Gómez, que de Justicia anda justita, venía con mucha asiduidad y teníamos que ver sus pechos de goma danzando por la redacción de la tele».
En los últimos días varios de los afectados por el libro sopesan tomar acciones legales contra Cárdenas, que ha denunciado que varios medios se han negado a entrevistarle para promocionar su obra.
PASADO POLÉMICO
Católico confeso, derechista desacomplejado, cercano a los postulados de Vox, colaborador de actos de la Falange, y célebre en ámbitos ultras por protagonizar varios choques en el Congreso de los Diputados contra Gabriel Rufián o cubrir las manifestaciones ‘antisanchistas’ de Ferraz.
Así es Josué Cárdenas, que en 2016 fue expedientado cuando ejercía de árbitro por la Federación de Fútbol de Castilla y León porque, supuestamente, realizó comentarios insultantes y machistas contra las jugadoras de fútbol que arbitraba. Varias deportistas denunciaron a El Español algunos insultos que habrían sufrido: «Jodeos, guarras», aseguran que les dijo.
El pasado año, con motivo del Día del Orgullo, Cárdenas publicó un artículo delictivo en el portal ÑTV titulado ‘Estoy orgulloso de no ser LGTBI’ en el que escribe joyitas de este nivel: «El movimiento LGTBI y el Orgullo Gay es una basura. No opino esto solamente por la cantidad de mierda que dejan en las calles de mi apreciada Madrid. Es una mierda porque demuestran que las filias sexuales de un porcentaje mínimo de la población se impone frente a la mayoría social de España que tiene que respetar a unos irrespetuosos, consentidos y malcriados».
Y añadía: «Tienen todos los derechos del mundo y lo único que quieren es una fiesta en la que meterse mano, poder ir vestido de luciérnaga o con sus fetiches de cuero y poder dar por el culo, literalmente, al que se les ponga por delante.
Pero lo barnizan y lo ocultan diciendo que es una lucha social y una reivindicación pero si uno pasea por alguna calle donde se celebra el Orgullo, lo que hay es ganas de enseñar el pene y que se lo toquen a uno de esos que te pide respeto con la voz aflautada y comiéndose un gofre con forma fálica. ¿Por qué las personas que desean hacer tríos no tienen su semana de reivindicación, o los que les gusta hacerlo en los aviones, o a los que les mean encima?».
«Por qué el que desea ser penetrado con un enorme dildo por el ojete tiene derecho a hacer lo que quiera e ir en el metro con una red hecha camiseta, con unos shorts y embadurnado de purpurina? Sé perfectamente que este es el gran tema tabú y que no se puede opinar, pero basta que no se pueda para yo hacerlo», se preguntó.
Y añade: «Antonio Gala, Lorca, Oscar Wilde… con su sentido de la estética deberían ser el ejemplo para tanto maricón que deja a la altura del betún a su movimiento con esas pintas de putón verbenero que se lleva en el Orgullo. Por eso estoy orgulloso de ser heterosexual». Sobre sus deseos futuros,
Cárdenas afirma: «Estoy orgulloso de querer formar una familia de 10 hijos en los que sí admito, que me gustaría que todos fuesen heterosexuales pero si alguno no lo fuese, que por favor nadie le pueda ver nunca sin camiseta, un piercing en el pezón y gritando ‘soy una zorra, merezco que me peguen’. Estoy orgulloso de que todas mis fantasías sexuales sean con una mujer».
El artículo repleto de odio lo concluía de esta forma: «Estoy orgulloso de no ser afeminado. Estoy orgulloso de ser un hombre, caballeroso y romántico. Estoy orgulloso de tener un miembro que no está nada mal. Estoy orgulloso de vestir, sin mucha clase, pero como un señor, no un niño de quince años o una muñeca Barbie o un rapero del Bronx. En definitiva, estoy orgulloso de no ser LGTBI».