Cada generación cuenta con sus propias normas, ideales y conductas sociales. Muchas veces encontramos enormes abismos entre generaciones, más aún teniendo en cuenta lo rápido que avanzan los nuevos modos de entretenimiento, la tecnología y la forma de relacionarse. De estas ideas nace ‘Curso del 63’, un reality que está viviendo una segunda etapa de la mano de Netflix.
3Regreso al pasado
A veces decimos con demasiada ligereza que cualquier tiempo pasado fue mejor. Una filosofía a la que tuvieron que enfrentarse los jóvenes concursantes de ‘Curso del 63’. En principio, 20 estudiantes debían convivir en el internado San Severo, adaptado tanto en su aspecto como en su educación y hábitos al año 63. No obstante, debido a bajas y expulsiones, al final el reality contó con un total de 24 participantes.
Sumergirse en los años 60 implicaba muchas cosas. Para empezar, debieron deshacerse de sus móviles y cualquier aparato tecnológico, a excepción, lógicamente, de los micrófonos y cámaras necesarios para la grabación. Además, al igual que ocurría con ‘Gran Hermano’, estos jóvenes podían recurrir cuando quisieran a un confesionario donde desahogarse o solicitar ayuda psicológica.
Los padres eran otro componente importante del show. A través de vídeos, podían observar la conducta de sus hijos y reflexionar sobre ella. Esto daba lugar a todo tipo de situaciones. Había padres que lamentaban no haber dado una educación más estricta a su hijo, mientras que otros opinaban no haberles apoyado lo suficiente.
