Cuando un perro se integra a una familia, es muy normal que su dueño se informe sobre su alimentación y los riesgos que pueden tener determinados alimentos. Además, hay quienes llevan años creyendo mitos de esta temática, lo que limita la nutrición de su mascota.
Si piensas que eres uno de ellos y estás intrigado en conocer más sobre la alimentación de tu perro, este artículo te interesará. Te contaremos tres mentiras que estamos acostumbrados a oír sobre alimentos que supuestamente son riesgosos para nuestro perro, pero no lo son.
«Darles de comer carne cruda es peligroso»
Esta es una creencia común, pero es totalmente falsa, ya que son animales carnívoros por naturaleza y su sistema está diseñado para procesar la carne cruda. De hecho, esta es una buena opción nutricional para tu perro, pero es necesario que la trates con cuidado.
La carne debe estar previamente apta para consumo humano y así evitar que tenga parásitos o bacterias como el toxoplasma, salmonella o escherichia coli. Estos patógenos pueden ser graves tanto para tu perro como para ti.
«Darle huesos a tu perro es peligroso»
Este es el segundo mito. Los únicos huesos que son peligrosos son los que están cocidos por demás, ya que las altas temperaturas de cocción vuelven al hueso muy duro y este puede astillarse y dañar el tracto digestivo de tu perro.
Pero, en cambio, los huesos crudos son 100% seguros, además de ser nutritivos para tu mascota, que de hecho también gastan sus colmillos al morderlos. Así que no te preocupes, solo no les des huesos que se puedan astillar.
«La carne cruda vuelve agresivo a los perros»
Esta es una gran mentira, pero al contrario, al comer carne cruda, los perros liberan serotonina («hormona de la felicidad») y dopamina («hormona del placer y la relajación»), por lo cual, al consumirla, tu mascota estará más feliz y se reducirá su nivel de estrés.
Definitivamente, una dieta natural va a significar un gran beneficio para este integrante de tu familia que tanto amas, ante cualquier duda, por supuesto, consulta a tu veterinario de confianza. Así que, lejos de que un alimento pueda ser motivo para que un perro sea agresivo, lo único que puede formar un mal carácter en ellos, es la falta de educación proporcionada por parte de sus dueños. No hay perros agresivos por sí solos, hay perros que no fueron correctamente cuidados y criados.