El ayuno intermitente es un concepto que usamos cuando nos queremos referir a patrones alimentarios que incorporan períodos regulares de ayuno, durante los cuales se ingieren pocas o ninguna caloría. Esta práctica viene ganando gran popularidad dentro de las estrategias dietéticas para mejorar la salud en general y facilitar la pérdida de peso. Pero, ¿realmente son buenas para la salud?
Hay muchas teorías dentro de la nutrición y, como ocurre casi siempre, hay dos bandos. Mientras algunos confirman que sí funciona practicar el ayudo intermitente y que trae beneficios como la pérdida de peso, la disminución del riesgo de las enfermedades del corazón o tener tensión arterial baja, algunos otros se inclinan por asegurar que en realidad es una técnica dañina para el organismo.
El lado oscuro del ayuno intermitente
Los impactos negativos del ayuno intermitente se pueden clasificar en dos categorías principales: a corto y largo plazo.
Los riesgos a corto plazo surgen casi inmediatamente después de comenzar a alternar entre períodos de ayuno y alimentación. Estos efectos suelen ser leves problemas de salud, pero podrían agravarse si no se manejan adecuadamente. La forma más efectiva de eliminar estos efectos secundarios a corto plazo es pausar el ayuno y retomar el patrón alimenticio habitual hasta que se identifique la causa.
Los efectos adversos a largo plazo aparecen después de varias semanas de practicar esta dieta. Estos efectos secundarios pueden persistir tras períodos prolongados y generalmente requieren más tiempo para desaparecer que el necesario para detener el ayuno.
Consecuencias a corto y largo plazo
A corto plazo puedes experimentar dolores de cabeza, ya que los estudios revelaron que los dolores de cabeza en ayunas tienden a localizarse comúnmente en la región frontal del cerebro y suelen ser de intensidad leve o moderada. Además, las personas propensas a padecer dolores de cabeza tienen mayor probabilidad de experimentar un aumento de estos durante el ayuno.
También puedes sentir baja energía y cansancio, debido a la reducción de los niveles de azúcar en la sangre. En algunas personas, el ayuno intermitente puede provocar trastornos del sueño, lo que resulta en fatiga y cansancio generalizado. Por último, también puedes experimentar mal aliento. La reducción del flujo salival y el aumento de acetona en la boca son los responsables de este mal olor.
Los efectos a largo plazo son cambios de humor, ya que puedes estar irritado. Si eres extremista puedes llegar a la desnutrición, lo que es un grave problema, que puede afectarte a todos los órganos del cuerpo, y también puedes tener problemas digestivos. Ten cuidado con el ayuno intermitente.