Telefónica no va a realizar el apagado del ADSL de golpe desde este pasado viernes 19 de abril, día en el que ha cumplido su centenario como empresa, tal y como se había anunciado. El presidente de Telefónica España, Emilio Gayo, ha explicado a MERCA2 que el apagado ese día era más bien un concepto teórico, y que nadie debe temer quedarse sin teléfono o internet de un día para otro. La compañía irá cerrando las centrales de cobre, desde las más grandes a las más pequeñas, a lo largo de todo 2023, con un apagado va a ser progresivo y flexible, hasta cubrir con otras tecnologías la cobertura de todo los clientes y usuarios que dependan del cobre.
Hasta este mismo viernes, Telefónica ya había cerrado unas 2.236 centrales de su centenaria red de cobre, que ha llegado a contar con un total de 8.532 en toda España. Así, a la compañía le quedarían por cerrar las últimas 3.329 centrales, cuya desaparición ya ha notificado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Los apagados comenzarán el día 30 de abril, otra tanda de cierres se producirán a finales de mayo y después del verano, en octubre.
«No se va a cerrar ningún servicio público que se necesite, por ejemplo un hospital, y a ningún señor o señora mayor a los que no hayamos convencido del cambia hasta ahora, le vamos a dejar sin teléfono. Eso no lo vamos a hacer»
La medida se encamina a dejar atrás definitivamente una red de telecomunicaciones que ya ha cumplido su función más que de sobra desde hace un siglo, y que además de precisar para funcionar un mayor esfuerzo y gasto energético, (la fibra óptica consume 18 veces menos que el cobre con un tráfico equivalente y Telefónica calcula que el impacto ambiental de su nueva red es un 94% menor que la anterior). Además, no ofrece las mismas prestaciones que la moderna y rápida red de fibra, por la que se sustituirá en la mayor parte de los casos.
Pero no en todos. Hay zonas del país, sobre todo las más agrestes y montañosas, o las más recónditas y despobladas de la España vaciada y rural, en la que es difícil y costoso hacer llegar la fibra, y serán las soluciones como internet radio (Wimax), conexiones 4G y 5G, o conectividad vía satélite (con el programa Conéctate35 de Hispasat) las que sustituirán voz y datos.
TELEFÓNICA Y LA MIGRACIÓN ORDENADA
El presidente y CEO de Telefónica España, Emilio Gayo, ha despejado las dudas sobre la contundencia del cierre de las centrales del cobre durante la celebración del centenario en la Bolsa de de Madrid el mismo día señalado. «Lo de hoy (por el viernes día 19) es un hito conceptual. No vamos a hacer realmente nada físico, y a nadie le vamos a obligar a hacer algo que no quiera», confiesa a MERCA2.
Lo que la compañía quería era haber pasado ese día a todos los clientes a banda ancha ultrarrápida, «que puede ser mediante fibra o mediante una conexión fijo-móvil con 4G o 5G, e incluso el satélite en algún lugar donde no nos llega la radio y no nos llega la fibra», ha explicado Gayo.
El directivo, que además es ingeniero de Telecomunicaciones, ha querido aclarar que, por supuesto, desde Telefónica, ni el viernes ni en días sucesivos «obligamos a nadie. Si alguien no quiere, sigue con su cobre. No se va a cerrar ningún servicio público que se necesite, por ejemplo un hospital, y a ningún señor o señora mayor a los que no hayamos convencido del cambia hasta ahora, le vamos a dejar sin teléfono. Eso no lo vamos a hacer».
a lo largo de lo que queda de año se advertirá a cada usuario de manera más expeditiva, se utilizará el burofax de nuevo llegado el caso, porque no quedará más remedio.
No obstante, Gayo reconoce que a partir del final de este 2023, «sí que que tenemos obligación de cerrar. Una vez se advierte hay que esperar una horquilla de tiempo, entre 5 y 7 años, pero una vez de ha comunicado a la CNMC, hay que cerrar». Así, aclara que a lo largo de lo que queda de año se advertirá a cada usuario de manera más expeditiva, se utilizará el burofax de nuevo llegado el caso, porque no quedará más remedio.
El presidente de Telefónica España, no obstante, ha insistido en que «siempre, siempre, el cliente va a tener una alternativa suficientemente buena para poder mantener el nivel de prestaciones que tiene actualmente» , y ha aclarado que la empresa no tiene ningún lugar en el que no podamos ofrecer una solución con una velocidad que sea inferior a la del cobre.
Las centrales que quedan por cerrar, irán apagándose en función de su uso. Cuanto más grandes sean, más atrás estarán en la lista para su cierre definitivo, y corresponden en la mayoría de los casos a centrales urbanas de los extrarradios de las ciudades. Ese será el criterio y no cualquier otro relacionado con la territorialidad o la densidad de población.