viernes, 22 noviembre 2024

Las sanciones estadounidenses complican el negocio de Repsol en Venezuela

El pasado miércoles expiró la llamada Licencia 44, que autorizaba a las empresas internacionales la producción y venta de los combustibles fósiles de Venezuela. El Gobierno de Estados Unidos tomó la decisión de no renovar el permiso, reanudando de facto un bloqueo comercial contra el mayor activo del país sudamericano que pone en jaque no solo su economía, sino también al negocio de las empresas energéticas españolas allí presentes, como Repsol.

La petrolera española llegó a Venezuela en 1993. En estas tres décadas, ha acumulado una fuerte cartera de activos en el país, llegando a emplear a 131 personas y gestionando importantes yacimientos de hidrocarburos, como el Proyecto Perla, Quiriquire Gas, Petroquiriquire (participada por Repsol en un 40%) y Petrocarabobo.

REPSOL PODRÍA TENER QUE «REESTRUCTURARSE» EN VENEZUELA

MERCA2 consultó a Sergio Ávila, analista senior de mercados de la empresa de brokers IG, quien considera que la reanudación de las sanciones al petróleo de Venezuela «representa un desafío significativo para empresas españolas como Repsol, impactando negativamente su operativa y rentabilidad».

«A corto plazo, enfrentarán una reducción en la producción y exportaciones de crudo, generando pérdidas económicas considerables y aumentando la incertidumbre y volatilidad en el mercado energético» -vaticina- «A medio y largo plazo, esto podría forzar una reestructuración de inversiones y la búsqueda de nuevos mercados o socios».

Ávila advirtiendo de que para Repsol, que tiene una fuerte presencia en Venezuela, «esta ruptura podría significar una reevaluación más profunda de sus estrategias y activos en el país, pudiendo incluir la venta de estos o la exploración de alternativas más sostenibles, como las energías renovables».

ACUERDO ‘EXPRÉS’ CON PETRÓLEOS DE VENEZUELA

El castigo comercial estadounidense, por tanto, pone en un brete los intereses no solo de Repsol, sino de todas las compañías que operan en los sectores petrolero y gasístico de Venezuela. No todas ellas han reaccionado tan rápido como la compañía dirigida por Josu Jon Imaz, que el mismo día de la reanudación de las sanciones llegó a un acuerdo con la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) para ampliar el área geográfica de la empresa mixta Petroquiriquire.

La firma estuvo encabezada por el ministro del Poder Popular de Petróleo y presidente de PDVSA, Pedro Rafael Tellechea, quien señaló que con este acuerdo se consolida el crecimiento de Repsol en Venezuela, no solamente en el área de hidrocarburos, ya que se ha mostrado «seguro» de que en los próximos días se presentará un nuevo proyecto en el área de gas.

«Seguimos avanzando, Venezuela está disponible y dispuesta a la apertura de cualquier inversor que quiera venir a nuestro país, tenemos unos campos listos para seguir creciendo, con nuestras reservas por más de 303.000 millones de barriles en territorio venezolano disponibles para explotar», afirmó.

El acuerdo entre repsol y petróleos de venezuela forma parte de la política de recuperación de la principal industria del país, instruido por su presidente, Nicolás Maduro, con el objetivo de alcanzar unos niveles de producción óptimos

Por su parte, José Carlos De Vicente Bravo, apoderado de Repsol, comentó que están «orgullosos y satisfechos» de haber alcanzado estos acuerdos. «El día de hoy ratificamos el compromiso que ambas partes tenemos en la continuación de nuestros negocios en Venezuela, apoyando el crecimiento que se traduzca en abundancia y bondades económicas para este país y para sus ciudadanos», explicó.

«El entendimiento ha sido claramente bueno y prueba de ello es haber firmado la extensión de campos que emana de los acuerdos firmados en diciembre de 2023. Estamos convencidos que vamos a estar bendecidos con esta nueva actividad que incorporará nuevos campos y que por lo tanto aspiran aumentar la producción petrolera de este país», ha añadido.

Como se ha dicho, Petroquiriquire está participada por Repsol en un 40%, perteneciendo el capital restante a la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP). La materialización de este acuerdo entre ambas empresas petroleras tiene como objeto acelerar el crecimiento económico tanto para Venezuela como para España a través de Repsol.

Este acuerdo forma parte de la política de recuperación de la principal industria del país, que instruyó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el objetivo de alcanzar unos niveles de producción óptimos.

SANCIONES POR HIGIENE DEMOCRÁTICA

El motivo oficial esgrimido por la administración de Joe Biden para volver a encadenar el petróleo de Venezuela es represaliar la supuesta falta de transparencia y libertad en las elecciones del país.

Según Washington, el Ejecutivo de Maduro no ha cumplido los compromisos adquiridos en ese aspecto con la oposición venezolana en Barbados, y que motivaron el levantamiento temporal de las sanciones el pasado octubre.

Sin embargo, las autoridades de Venezuela han anulado la candidatura de la opositora María Corina Machado, quien arrasó en las primarias de la oposición, y posteriormente han impedido el registro de su sustituta, Corina Yoris. Estas acciones, según EEUU, suponen el incumplimiento del compromiso de permitir unas elecciones «libres y competitivas».


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