Alstom y Stadler entran en la quiniela relativa a Talgo. Aunque sigue prefiriendo a la CAF los nombres que el Gobierno sondeado con la idea de la compra de Talgo cada vez son más variados, demostrando que están buscando todas las opciones para evitar la opa de los húngaros de Magyar Vagon, que ayer en la mañana compraron el 75% de las acciones de la fabricante de trenes estatal en su país con la bendición de Orban. De momento ninguno de los candidatos que pueden formar parte de la baraja ha confirmado su interés y el reloj de la opa húngara sobre Talgo no se detiene.
Según fuentes contactadas por MERCA2, el Gobierno se ha puesto en contacto con varias empresas para que entren en Talgo y evitar la opa de los húngaros y seguirá haciéndolo mientras que haya tiempo. Dado que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene hasta 3 meses para revisar la opa de los húngaros sobre Talgo y que el Ejecutivo está dispuesto a tocar todas las puertas, hay tiempo para que salte alguna opción viable. Las empresas europeas, no solo españoles, también forman parte del juego, una partida en la que no hay muchas opciones.
LAS PALABRAS DE ÓSCAR PUENTE
Si bien es cierto que, como bien lo hizo saber el lunes pasado el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, aún se busca una opción española, sigue siendo más digerible una opción europea que, cuando menos, no tenga conexiones directas a Viktor Orbán. De momento no se ha avanzado demasiado en estas opciones, pero es que con los tiempos en contra y con la evidente necesidad de Talgo de mejorar su capacidad industrial, es claro que aunque el Gobierno puede aplicar la ley antiopa aprobada durante la pandemia, la realidad es que deja a la empresa con su mismo problema de capacidad industrial.
En el caso de CAF la compra es complicada por el importe de la misma, aunque sería una buena noticia tanto para el Gobierno si la empresa hiciera un movimiento. MERCA2 contactó con CAF para recabar su posición, pero la compañía ha informado que no hará comentarios sobre este asunto.
En el caso de CAF la compra es complicada por el importe de la misma
La clave para el Gobierno es que entre en el capital de Talgo un socio industrial que tenga el conocimiento y la maquinaria para empezar las operaciones rápidamente. Es una situación delicada, recordando que Talgo hasta hace poco debía todos los trenes Avril prometidos a Renfe, que no han empezado a entregarse hasta esta semana y de los que todavía falta la mayoría de la serie, y que sigue teniendo entregas pendientes en Alemania o Dinamarca.
Es una carrera contra el tiempo, en la que no todas las empresas consultadas por el Gobierno pueden siquiera pensar en entrar. Magyar Vagon tiene la ventaja, incluso después de adquirir la empresa estatal, de no ser demasiado grande con casos como el de Alstom probablemente quedando en el punto de mira de Bruselas si intentan la operación. Además, mientras la opa este sobre la mesa, la oferta debe superar los 5 euros por acción que ofrecen los húngaros o es posible que los accionistas ni siquiera vean la opción.
También suena la opción de la SEPI, con una estrategia similar a la aplicada en el caso de Teléfonica, pero el Gobierno no lo ha nombrado directamente. También es cierto que hacer dos movimientos tan grandes, tan seguido, parece demasiada presión sobre la SEPI.
UN RELOJ DE ARENA QUE SIGUE QUEDANDO VACIO
De momento, el Ejecutivo solo puede seguir acercándose a empresas que puedan mostrar interés. A pesar de sus deseos, no están en posición de forzar ninguna. En este sentido, fuentes del mercado apuntan que el Gobierno se ha dirigido a Criteria en relación con el tema de Talgo. Al respecto, la compañía ha declinado realizar valoraciones. Lo que está claro es que ‘La Moncloa’ busca a toda costa un comprador para Talgo que no sean los húngaros (Magyar Vagon).
La ‘ley antiopa’ deja al Gobierno tres meses para revisar la operación, y aunque rechazarla promete ser un punto de discusión en la Unión Europea, puede servir, cuando menos, para ganar tiempo. Además, el gobierno puede parar el reloj tantas veces como considere necesario, aunque esto evidentemente aumentaría todavía más la presión. Se suma el problema de que ni el transporte, ni los ferrocarriles, no aparecen en el listado de sectores clasificados como «estratégicos» por la ley, por lo que habría argumentos jurídicos para recurrir la decisión. Es decir: Conseguir otro comprador sigue siendo la mejor estrategia para evitar la entrada de Orbán al sistema español.
MAGYAR VAGON SIGUE ALISTÁNDOSE PARA SER DUEÑOS DE TALGO
Tan solo hace dos días el ministro de Transportes, Óscar Puente, sumaba un motivo más para rechazar la opa: la incapacidad de las fábricas de Magyar Vagon de asumir la producción de Talgo. Casi como respuesta dio el movimiento en el que la empresa adquiría el 75% de la empresa estatal de ferrocarriles húngara, operación que incluye sumar siete plantas de producción que suman una superficie total de 241.000 metros cuadrados dedicados a la revisión de los vehículos, al mantenimiento de locomotoras y se fabrican vagones Intercity.
hace dos días el ministro de Transportes, Óscar Puente, sumaba un motivo más para rechazar la opa: La incapacidad de las fábricas de Magyar Vagon de asumir la producción de Talgo
Sea una operación preparada previamente, o bien una respuesta apurada aprovechando la relación con el gobierno húngaro, es otro paso de la empresa que sirve para recibir las operaciones de Talgo. Aun así, la falta de preparación para hacer vagones de ancho variable, la especialidad de la empresa española y clave dentro la estrategia de crecimiento del sistema en el país, puede ser el argumento que necesita el Estado español. Pero de momento lo ideal es que algún comprador saque las castañas del fuego antes de llegar a ese momento.
