El operador español de comunicaciones por satélite, Hispasat, continúa con sus investigaciones y desarrollos del programa Moonlight, fomentado por la Agencia espacial Europea (ESA), para diseñar servicios de comunicación y navegación que se utilizarán en las futuras misiones de exploración lunar. La iniciativa tiene un gran futuro, debido a que se están agilizando las iniciativas internacionales para alcanzar suelo lunar más pronto que tarde, y más porque el satélite alberga, según los estudios realizados, un millón de toneladas de Helio-3, lo que los expertos ya han comenzado a llamar «el oro» de la Luna.
Hace ahora apenas tres años, en mayo de 2021, Hispasat anunciaba orgullosa su inclusión como empresa desarrolladora de conectividad por satélite en el consorcio elegido por la ESA, y formado también por las empresas Telespazio, una joint venture entre Leonardo (67%) y Thales (33%), cuyo objetivo era estudiar el diseño de una infraestructura espacial para proporcionar servicios de comunicaciones y navegación por satélite alrededor la Luna (LCNS, por sus siglas en inglés), similares a los utilizados en la Tierra.
El proyecto forma parte desde entonces de la iniciativa Moonlight de la ESA, que junto con Hispasat y el liderazgo de Telespazio, aunaba también en el consorcio el trabajo del operador de satélites Inmarsat; fabricantes como Thales Alenia Space, OHB y MDA; pymes como Nanoracks, ALTEC y Argotec y universidades y centros de investigación como el SEE Lab SDA Bocconi y el Politécnico de Milán. En ello están desde entonces, y pronto se podrá conocer cómo y cuánto ha avanzado, porque sigue adelante y más vivo que nunca.
HISPASAT Y EL ‘ORO’ HELIO-3
Desde el principio se trató de crear «la arquitectura satelital y el modelo de prestación de servicios económicamente viables a las diversas plataformas que orbiten alrededor de la Luna, así como a los asentamientos en bases lunares y a los vehículos que utilicen los astronautas (rovers, módulos de aterrizaje…)», nos explican desde Hispasat. En la empresa española no niegan que, tal y como se veía venir en 2021, cuando arrancó la iniciativa, hay que genera ya un adecuado sistema de telecomunicaciones en torno al satélite de la tierra, porque en los próximos años (entonces ponían un plazo de 10), «se estima que habrá en torno a 80 iniciativas públicas y privadas dedicadas a la exploración lunar».
Ahí está el programa espacial internacional Artemis, ahora retrasado pero no anulado, que busca llevar a la luna de nuevo a hombres y mujeres, establecer allí una presencia sostenible tanto en la superficie como en la órbita lunar, que está liderada por la NASA y apoyada por varias agencias espaciales, entre ellas la ESA. La carrera espacial que llevan a cabo SpaceX, de Elon Musk, o Blu Origin, de Jeff Bezos, son otras muestras de que los satélites y las comunicaciones en el entorno selenita van a ser necesarios.
Se está equiparando al «oro» al helio-3 porque «se anuncia como la solución para saltar obstáculos y conseguir la energía de fusión nuclear, la energía limpia y barata tras la que andamos
Todos quieren llegar a la Luna, pero no es solo para lucirse tecnológicamente. Allí hay los que los expertos y académicos ya empiezan a llamar el «oro de la luna», el Helio-3, que destaca entre otros minerales como la materia que puede convertir a nuestro satélite en una gran espacio minero al servicio de la tierra.
Se está equiparando al «oro» al helio-3 porque «se anuncia como la solución para saltar obstáculos y conseguir la energía de fusión nuclear, la energía limpia y barata tras la que andamos», según explica el Profesor Titular de Física de la Universidad de La Rioja, José Pablo Salas Ilarraza a través la publicación científica TheConversation.
El académico explica que para conseguir esa fusión nuclear tan buscada se necesita deuterio y trinio, cuya fusión (sus neutrones liberados), «son altamente enérgicos, difíciles de frenar», y que podrían ser realmente dañinos y peligrosos para la humanidad que anduviera cerca durante una fusión. Sin embargo, el helio-3 (He-3), del que se encuentra muy poca cantidad, o prácticamente nada en la tierra, es un isótopo ligero del helio que podría sustituir al trinio en el combinado.
Tiene, no obstante, problemas que parecen insalvables, como que necesita recrear cuatro veces las condiciones del sol para generar esa fusión. «Como la Luna no tiene ni atmósfera ni campo magnético, el viento solar se ha encargado durante los últimos 4250 millones de años de ir aportando poco a poco moléculas de He-3 que se han ido almacenando en las capas cercanas a su superficie», dice el profesor Salas. Así que, si queremos helio 3 «tenemos que buscarlo en la Luna, y la minería lunar ya no es del todo ciencia ficción», afirma.
la Luna tiene gran interés por las grandes cantidades de titanio y de metales raros que contiene. Es, además, especialmente interesante porque estos metales se encuentran a poca profundidad
El académico recuerda la intención que la ESA hizo pública en 2019 de investigar la posibilidad de extraer recursos naturales en el suelo de la luna, y la agencia espacial cita concretamente el He-3. El profesor reconoce que la aventura de minería lunar requiere una ingente inversión de dinero, no solo para el viaje hasta allí, sino para «resolver los enormes problemas técnicos que supone hacer minería en otro planeta, aunque sea el más cercano, y traer de vuelta a la Tierra el mineral.
Pues ahí es donde está trabajando Hispasat, en conseguir las condiciones, o por lo menos algunas, par que podamos ir hasta la Luna, extraer Helio 3, y buscar otros minerales que nos ayuden a desarrollar energía que no acabe con la Tierra. Aunque el profesor de La Rioja deja escrito que hay temores entre la comunidad científica de que la fusión con Helio 3 no resulte tan provechosa, y que si se daría el caso, seguramente como allí también el He-3 es un recurso limitado, «tras una extracción intensiva estaría abocado a su pronta desaparición».
No obstante, «la Luna tiene gran interés por las grandes cantidades de titanio y de metales raros que contiene. Es, además, especialmente interesante porque estos metales se encuentran a poca profundidad, por lo que su extracción seria relativamente fácil«, según aseguran desde el Hub de Innovación de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AOTEC). Así que ir a explotar su minería, vamos a ir de todas formas.