En los tiempos que corren, cada vez más sumergidos en la rutina y el frenesí del trabajo, resulta un punto clave poder encontrar un equilibrio entre las exigencias y el ocio, ya que si no la salud mental se verá afectada. Es cada vez más común encontrar personas agotadas mentalmente que ya han probado todo y nada las ha ayudado a encontrar un rayo de luz.
Por eso, si perteneces a ese grupo de gente que le cuesta desconectar de la rutina y encontrar momentos de distensión para aliviar tensiones, este artículo te será de gran ayuda. Te compartiré algunas prácticas fáciles que, si las empleas, verás resultados instantáneos. La magia no existe, pero esto se le parece bastante.
Ideas sencillas para mejorar tu salud mental
El fortalecimiento de la salud mental ante situaciones de estrés es fundamental para mantener el equilibrio emocional y el bienestar general en tu vida. Existen tantas estrategias como personas, por lo que no hay recetas perfectas, sin embargo, una de las principales decisiones que puede ayudarte si sufres de mucho estrés es acudir a terapia.
Encontrar un terapeuta con el que conversar tus problemas y crear un plan de acción será de gran ayuda, ya que evitará que te sientas solo y desorientado. Si sientes temor o vergüenza, no te presiones y recuerda que el espacio con el profesional será exclusivamente para que estés cómodo y en un entorno seguro. Nombrar tus problemas en voz alta puede ser un gran comienzo.
Otro punto fuerte y que está comprobado que alivia las preocupaciones es realizar actividad física. No hace falta que sea un entrenamiento extenso ni que sea demasiado enérgico, el único objetivo es que te distraigas e intentes no pensar en nada. Una opción irrefutable que está a tu alcance es salir a caminar. Todo será de mucha ayuda para tu salud mental, no importa si no son más de 10 o 15 minutos de caminata.
¿Y si eso no me funciona, qué hago?
Otra cuestión importante que es un punto fundamental a la hora de hablar de salud mental, es estar atento a los límites y prioridades que le otorgamos a las cosas que ocurren en nuestro entorno. Esto quiere decir que si estás estresado o preocupado por una situación laboral, puede ser que lo que te está afectando es que no sabes cómo lidiar con una situación incómoda o que crees injusta. Por eso, puede serte de gran ayuda compartirlo con una persona de confianza.
Si no te sientes preparado para empezar terapia, puedes desahogarte conversando con un amigo o familiar que sea bueno escuchando y pueda ofrecerte algunos consejos. Lo relevante es que no te quedes con el problema rebotando en tu cabeza, ya que eso solo te hará sentir peor. Recuerda que seguramente haya otra persona que esté viviendo un hecho similar.