Tener recuerdos agradables es como un tesoro que ilumina el camino de nuestra vida. Esas pequeñas instantáneas del pasado nos reconfortan en tiempos difíciles y nos llenan de alegría en momentos de nostalgia. Son como pinceladas de felicidad que pintan el lienzo de nuestra existencia, recordándonos los momentos de risas, amor y amistad. Los recuerdos nos conectan con nuestras raíces, con quienes somos y con quienes fueron importantes para nosotros. Son el reflejo de experiencias vividas que nos hacen sentir vivos, dándonos la certeza de que, aunque el tiempo pase, siempre conservaremos un pedacito de felicidad en nuestro corazón. Pero, ¿por qué se olvidan los de cuando somos bebés?
4Pero esto es lo que dice la ciencia al respecto de los recuerdos de los bebés
La ciencia refuta la idea de que los bebés puedan formar recuerdos duraderos. Investigaciones sugieren que los supuestos recuerdos de la infancia temprana probablemente se implantan a través de fotografías o relatos familiares. La madurez cognitiva y la capacidad de formar recuerdos sólidos aún no están presentes en esa etapa. Mientras que las personas pueden sentir que esos recuerdos son genuinos, la evidencia científica sugiere que son más propensos a ser construcciones influenciadas por el entorno.