Cuando comenzó el programa de Supervivientes hace más de un mes, se generó una expectativa considerable en torno a Pedro García Aguado debido a su historial como deportista de élite, lo que sugería que sería una figura fuerte, a nivel mental y físico, ante el tremendo reto que supone el reality. Sin embargo, a medida que han transcurrido las semanas, ha quedado claro que la realidad es más compleja.
Pedro García Aguado ha compartido durante este tiempo que su vida previa se caracterizaba por una estructura y organización muy marcadas. Esta rutina meticulosa es típica de los atletas de alto rendimiento, quienes suelen tener horarios estrictos, entrenamientos regulares y una disciplina rigurosa. Precisamente por este motivo, la dinámica caótica y desafiante de Supervivientes ha desequilibrado por completo su bienestar mental, y esto le está llevando a perder los papeles cada vez con más frecuencia.
3DEBILIDAD FÍSICA Y DESESPERACIÓN
A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma y actuar como mediador para resolver conflictos, Aguado ha llegado a un punto en el que la acumulación de tensiones y situaciones adversas han afectado a su estado emocional. La semana pasada, le vimos en la playa al borde del llanto, desesperado por el hambre y la debilidad y asegurando que sentía que iba a volverse loco encerrado en una pequeña playa desierta.
Anoche, en un momento crítico antes del inicio de Supervivientes: Conexión en Honduras, Pedro García Aguado volvió a mostrar su lado más desquiciado para sorpresa de todos. Hasta ese momento, había manejado las pocas confrontaciones en el programa con calma, paciencia y sentido común. Sin embargo, cuando las fuerzas físicas y mentales comienzan a debilitarse, mantener esa serenidad se convierte en un desafío monumental.